Al respecto por Alejandro Aguirre Guerrero
Ya le habían advertido al presidente que el discurso de Tatiana Clouthier no le gustaría, que le parecería demasiado “meloso”, sobre todo cuando su renuncia nunca fue bien recibida por el de Tabasco; aún así, AMLO decidió sostener su despedida en “la mañanera” sin leer previamente el texto “beisbolero” de su amiga; por eso se gestó “el episodio del abrazo no correspondido”.
La salida de Clouthier obedeció al “desprecio político” que dos personas cercanas al presidente le propinaron en el último semestre: Adán Augusto López y Rocío Nahle. Las acciones de estos dos personajes la hicieron ver, (hacia adentro, afuera y con el propio AMLO), como el perfil más inadecuado de la 4T para el cargo.
Clouthier nunca tuvo las credenciales para llevar Economía, pero ahí la puso el presidente, no supo negarse a la instrucción del tabasqueño, y así, aceptando lo que nunca podría ejecutar bien (por mera lógica), se convirtió en la carne predilecta diaria de aquellas “jaurías” a las que recién hizo referencia.
Por eso AMLO ha buscado recalcar en su mañanera que Tatiana se entregó al movimiento, y que a pesar de su renuncia, continúa ubicada en el primer círculo, en la zona de confianza. Además, el presidente sabe que se excedió al no regresarle la cortesía del abrazo, situación que podría llevarla, (en un momento de furia), a detallar aquello de la “jauría”.
Y es que el presidente continuará abonando en favor de Adán Augusto López, mientras Sheinbaum y Ebrard avanzan en sus aspiraciones “corcholatescas”. AMLO instruyó a su paisano a seguir “tejiendo fino”, para que esa misma “tarea cabildera” lo lleve, (gradualmente), a competir por la candidatura.
La tarea de López Obrador para Adán Augusto fue clara y concisa: sacar adelante, (con Alejandro Moreno y los priístas que controla), cuando menos la reforma electoral, misma que permitiría definitivamente (según lo que consideran en Palacio Nacional), adueñarse de la elección en el 2024, sin importar la candidata o candidato opositor.
“Por eso el presidente no quiere escándalos como el del Rey del Cash o los dichos de Tatiana Clouthier”, me hacen saber fuentes en Bucareli, pues cualquier detalle que provenga desde el corazón de su equipo podría perjudicar su “escudo de honestidad”, o bien, la trayectoria de sus aspirantes.
De esta manera, después de la aparición del libro de Elena Chávez, y del exabrupto de Clouthier posterior a su despedida en la mañanera, AMLO quedó algo “tocado”, para lo cual (pensando en recuperarse y prevenir cualquier susto), pidió a su “operador estrella”, Adán Augusto López, suavizar las abolladuras buscando concretar, (bajo la cortesía de Alejandro Moreno), su reforma electoral. ¿Podrá?
Twitter: @aaguirre_g