Neukölln no quiere ser un barrio cool

Neukölln no quiere ser un barrio cool
Diana Edith Gómez
Cartas desde Berlín

Cartas desde Berlín escribe Diana Gómez 

En un grupo de Mexicanos viviendo en Berlín un integrante pregunta cuál es el barrio que no recomendarían para vivir en la ciudad. Todos coinciden en Neükolln; su reputación por ser inseguro, ruidoso, caótico y sucio los ha llevado a estas declaraciones. Aunque del otro lado, es uno de los lugares más populares y seductores de la capital alemana. Pero que sobre todo, siempre exige respeto.

La revista Time Out sacó este mes un artículo en el que coloca a Neukölln en el lugar número 15 de los barrios “más cool” en todo el mundo (por cierto el número uno lo ocupa Guadalajara, México con la Colonia Americana). Estas dualidades le traen, en realidad, grandes problemas a este distrito que desde su historia es complejo.

En los años noventa, fue bien conocido por ser un sitio sumamente inseguro. Las peleas entre bandas delincuenciales dejaban muertos cada semana en las calles. Sin embargo con el tiempo se convirtió también en el hogar de refugiados y migrantes árabes, turcos e italianos. Del otro lado, las fiestas de Techno también tomaban lugar, pero parecía que ambos mundos convivían pacíficamente desde la distancia.

Hoy en día tanto Neukölln como Kreuzberg viven en una dualidad. Pues las rentas se mantienen en algunas zonas baratas, la mejor gastronomía del medio oriente se encuentra en este sitio y los lugareños (mayoría extranjeros) han creado toda una cultura tan diferente a la alemana y a la de sus propios países.

Es normal, por ejemplo, que cada fin de semana haya bodas turcas en las calles y que en Ramadam las familias preparen enormes banquetes y se escuche música en las calles anunciando la hora de comer. Entre este ambiente amigable para los refugiados y migrantes convive otras realidades: la de los clubes, bares y cafés ocupados por berlineses que quieren conservar el barrio con precios justos, una forma de lucha que representa muy bien a la ciudad.

Ahora bien, la parte tal vez más oscura de Neukölln es la de los “Expats” (nombrados así por ellos mismos), que en su mayoría son estadounidenses, y que han llegado a gentrificar un distrito que está dispuesto a todo, pero menos ser “cool” o a encarecerse como ha pasado en otros lugares de Berlín. Algo que probablemente les suene muy familiar: sí lo que pasa en la CDMX.

Así que la noticia de que la revista Time Out nombró a Neukölln como uno de los barrios más cool, no agradó para nada a los berlineses. Pues parece que aquí lo tienen bastante claro, eso sólo significa una gentrificación inminente, alza de precios en medio de una inflación y la posibilidad de que los refugiados no puedan vivir más en un lugar que ellos mismos crearon y trabajaron, un lugar tan peculiar que han nombrado como su hogar.

¿Por qué el expat es peligroso?

Los berlineses son bien conocidos por ser hostiles, especialmente con los turistas y aquellos que llegan a vivir un tiempo sin aprender nada sobre su cultura. Uno de los clichés más grandes de los expats, es el del estadounidense rico que decide rentar o comprar un apartamento en Berlín para nunca ocuparlo, o peor aún para subarrendarlo. Dejando con casi cero posibilidades de encontrar una vivienda digna.

Durante estos años, he notado que este tipo de migrantes, tampoco tienen mucho interés de aprender el idioma y adecuarse a la cultura. Todo lo contrario, exigen que la ciudad cambie para ellos. Y es entonces cuando veo al berlines promedio con respeto, porque parece que no titubean en expresar su enojo y exigir que no se violenten sus derechos. Es una lucha que no piensan parar y en la que resaltan que Neukölln definitivamente no quiere ser cool.

 

@dianaegomez