Colaboración del Dr. Alfredo Torres
El proceso de vacunación contra el #COVID19 avanza lentamente en la Republica Mexicana. Muchas son las razones por la dificultad de adquirir estas vacunas para la población, desde la mala planeación, la competencia mundial para conseguir las vacunas, los contratos incumplidos y otros problemas que ha causado que menos de un cuarto de la población haya recibido la vacuna.
Pero aparte de este estado de emergencia que causa desabasto de la vacuna, muchos padres de familia han sufrido el desabasto de otras vacunas para sus hijos, incluyendo las de sarampión, paperas y hasta tuberculosis. Uno pensaría que, en el siglo XXI, el gobierno tendría un plan para evitar el desabasto de vacunas, lo que puede poner en peligro la salud de los niños, pero también pueden causar rebrotes de enfermedades fácilmente prevenibles.
Lo interesante es que hace 20-30 años, México era un líder en la producción de vacunas para el consumo nacional y tenía a #BIRMEX, una empresa estatal que se dedicaba a producir, empacar y distribuir vacunas para los mexicanos. Que fue lo que paso en los últimos 20 años que hizo de BIRMEX una empresa que ahora se dedica a recibir y distribuir la vacuna de #COVID19 como si fuera un DHL/FEDEX especializado?
La respuesta está en los diferentes gobiernos que decidieron eliminar el financiamiento de esta empresa y aumentar la dependencia de las vacunas a empresas transnacionales, que pueden fijar el costo que quieran y hacer entrega en los tiempos que ellos deciden.
Si algo nos enseñó esta pandemia, es que no se puede depender de otros países o empresas transnacionales para obtener las vacunas para los mexicanos. Si el gobierno toma en serio la salud de su población, debe considerar las vacunas como un asunto de seguridad nacional y debe darle la importancia que merecen. Los primeros pasos se han llevado a cabo al establecer un convenio entre #BIRMEX y #CONACYT para reactivar la industria de las vacunas en el país.
Pero este convenio debe evitar que BIRMEX solo se enfoque en traer tecnología de otros países para envasar en México, lo que convertiría a esta empresa de un trabajo de distribución a uno de maquila. Un convenio debe incluir el desarrollo de lo que sería equivalente a un “Instituto Nacional de Vacunas” donde se lleve a cabo ciencia de frontera en el desarrollo de nuevas tecnologías y vacunas, incentivar las patentes de tecnología 100% mexicana y las colaboraciones entre gobierno y la industria para llevar a los candidatos vacunales de su etapa preclínica, a través del proceso de evaluación clínica y finalmente su desarrollo y distribución a todo el territorio nacional.
Si esto no se considera seriamente, EL CONVENIO SE QUEDARÁ COMO UN DOCUMENTO CON FIRMAS Y LA FOTO DE LOS PARTICIPANTES CON TAPABOCAS, EN VES DE UN PROYECTO DE NACION QUE PODRIA SER UNA CARTA PARA EL NUEVO CANDIDATO A LA PRESIDENCIA.
https://www.gob.mx/imss/prensa/firman-convenio-de-colaboracion-birmex-y-conacyt
@DrAlfredoTorre1