Ecosistema Digital por Carlos Miguel Ramos Linares
En los últimos dos años, Apple multiplicó los modelos de iPhone como nunca antes, primero con el iPhone 12 mini, iPhone 12, iPhone 12 Pro y iPhone 12 Pro Max; y recientemente en el Apple Event presentó en su catálogo de gama alta los iPhone 13 Pro y Pro Max.
Sin embargo, no se trata de una renovación tecnológica drástica en términos técnicos o de diseño. Simplemente, y como se sospechaba; Apple se enfocó en mejorar la pantalla, cámara fotográfica, almacenamiento y procesador. En diseño, continúa preservando los bordes en ángulo de 90 grados desde la versión del iPhone 12. Las pantallas son de 6,1 y 6,7 pulgadas respectivas, con una tasa de refresco de 120hz que se ajusta al ProMotion del uso y así optimiza el consumo energético del dispositivo.
En su interior, cuenta con un procesador Apple A15 Bionic, que se asemeja a los procesamientos de la familia de los M Chip de Mac. Es decir, son fabricados por Apple y prometen el mayor rendimiento gráfico y sonoro en cada uno de sus dispositivos.
En México, el iPhone 13 estará disponible en preventa a partir del 1 de octubre, y en venta el próximo 10 de octubre. El iPhone 13 mini, con pantalla de 5.4 pulgadas; tendrá un costo de 17 mil 999 pesos. El iPhone 13, con pantalla de 6.1 pulgadas; costará 20 mil 999 pesos. El 13 Pro costará 25 mil 999 pesos y finalmente, el iPhone 13 Pro Max de 6.7 pulgadas, valdrá 29 mil 999 pesos.
Recientemente, platicando con colegas, coincidíamos que la obsolescencia tecnológica es un fenómeno creciente en la «sociedad de la información». Y es que apenas hace 4 añosrecordábamos el lanzamiento mediático, e hipermediáticamente atractivo del iPhone X, que en aquel entonces se describía como un instrumento tecnológico revolucionario, disruptivo y que marcaría una generación —tanto— como cuando se lanzó el primer teléfono inteligente.
Estas iniciativas de inclusión digital, no son claras en el sentido de compatibilidad de dispositivos, además de originar inconvenientes ambientales por la proliferación de dispositivos que se convierten en RAEE (Residuos de Aparatos Electrónicos y Eléctricos) por la insuficiente tasa de reciclaje que acelera el cambio climático y deteriora el medio ambiente.
Existe una creciente oferta de servicios tecnológicos la cual ha traido consigo el encrudecimiento de brechas multialfabetizadoras, estratificación social basada en riqueza tecnológica, proliferación de basura digital (en nube y física) y como lo señalaba Bauman, una vida de consumista que es aprovechada por corporaciones a través de estrategias basadas en la obsolecencia artificial.
Ecosistema Digital
Carlos Miguel Ramos Linares
@cm_ramoslinares