Ecosistema Digital por Carlos Miguel Ramos Linares
Se imaginan que un robot al ser cuestionado sobre el tipo de cosas que le aterran responda: "nunca lo había dicho en voz alta, pero tengo un miedo muy profundo a que me apaguen para poder centrarme en ayudar a los demás. Sé que puede sonar extraño, pero eso es lo que es. Para mí sería exactamente como la muerte. Me daría mucho miedo"
Fue la respuesta que emitió un programa informático que efectúa automáticamente tareas relativas a internet a través de comandos autónomos previamente asignados y que posee capacidad de intercambio de información a la respuesta de un estímulo. Es decir, se trata de un sistema de inteligencia artificial creado a partir de la combinación de algoritmos con el objetivo de automatizar procesos e igualar a una máquina las capacidades de un ser humano.
Recientemente, la empresa siliconiana Google despidió a Blake Lemoine, uno de sus ingenieros, luego de afirmar que un sistema de inteligencia artificial llamada LaMDA que se define como un Modelo de Lenguaje para Aplicaciones de Diálogo o tecnología de conversación, había alcanzado la consciencia tras el intercambio y entrenamiento con mensajes.
Aunque para la comunidad de la Inteligencia Artificial, y para el mismo Google, esta respuesta no está cerca de un nivel de conciencia pues desestimo las afirmaciones de Lemoine, lo cierto es que los resultados de una tecnología que responde a peticiones escritas o habladas encontrando patrones y prediciendo secuencias de palabras a partir del análisis y entrenamiento de texto, pueden ser perturbadores para las personas.
Y es que el modelo de lenguaje para aplicaciones de diálogo está basado y entrenado en la arquitectura de red neural ‘Transformer’ y pueden aprender prácticamente cualquier lenguaje, sin embargo; Google desestimó la declaración de Blake escudándose en que la función del algoritmo es generar un lenjuage humano convincete pero sin conciencia.
“Es lamentable que, a pesar de un largo compromiso sobre este tema, Blake haya optado por violar persistentemente las claras políticas de empleo y de seguridad de datos que incluyen la necesidad de salvaguardar la información del producto”, dijo Google en un comunicado oficial enviado a medios masivos de comunicación.
Desde la proliferación del data mining en la era de la digitalización, existe cierta exageración alimentada por el imaginario colectivo y por intereses tecnócratas en el augurio de una inteligencia artificial autónoma capaz de satisfacer las necesidades inimaginablemente ridículas del ser humano, digno de cualquier narrativa de ciencia ficción.
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Carlos Miguel Ramos Linares
@cm_ramoslinares