El Blog de Puebla Deportes escribe Antonio Abascal
El partido entre Puebla y Pachuca resultó muy difícil de analizar porque hubo accidentes como la mano de Escoto en el área camotera ante un remate a corta distancia, pero en el que sí ocupa, con su brazo, una posición que evita que el balón pasara; más tarde un remate lejano que se estrelló en el travesaño y el rebote cayó para el remate de Erick Sánchez quien no falló para poner adelante a los Tuzos, es decir, esos accidentes (lo que los comentaristas clásicos llamaban los imponderables), estuvieron a favor de los visitantes; luego vienen los pequeños grandes detalles que han lastrado al Puebla en todo este campeonato como la falta de contundencia ya que incluso por debajo en el marcador hubo acciones claras que los locales dejaron ir y llevaron la penitencia en forma de una derrota dolorosa que complica el boleto a la liguilla. Los errores son tanto de jugadores del Puebla como de un árbitro central sin personalidad y de un protagonismo excesivo del VAR, liderado en esta ocasión, por Jorge Isaac Rojas Castillo https://www.youtube.com/watch?v=AW3NkykQdkQ.
El Puebla de la Franja no perdió por el arbitraje en el Estadio Cuauhtémoc, perdió por sus propios errores y por no tener la calma necesaria para decidir mejor la última jugada en los minutos de asedio a la portería del Pachuca, pero la realidad es que sí fue un factor el trabajo de Daniel Quintero Huitrón que apenas tuvo su tercera aparición como árbitro central esta temporada tras el Querétaro vs León de la fecha tres y el Necaxa vs Juárez de la fecha seis. Es decir, la Comisión de Arbitraje decidió mandar a un árbitro inexperto a un juego de la jornada doce cuando ese silbante llevaba cinco partidos sin ver acción como máximo responsable y lo envió a un juego directo entre equipos que aspiran a la liguilla. El resultado fue un árbitro sin personalidad que en casi todas las decisiones importantes que tomó, requirió de la asistencia del VAR que tuvo un exceso de protagonismo y en dos jugadas el equipo arbitral mostró su incapacidad. En el primer gol del Puebla, que había sido un gran contragolpe culminado por Amaury Escoto, el VAR decidió marcar una falta de Diego de Buen en el robo del balón que precede a la jugada, una “falta” que en realidad es un roce y a partir de ese momento cada acción fue reclamada por los jugadores de ambos equipos sin que el joven árbitro pudiera frenarlos; lo peor es que en el cierre del partido una jugada en el área del Pachuca donde Daniel Álvarez cayó, Quintero Huitrón no marcó penal y el VAR no lo llamó para corregir cuando la repetición muestra un roce como el que le marcaron a De Buen en el primer tiempo.
Cuando el mal trabajo del silbante es tan evidente, el análisis se hace más difícil, sobre todo cuando la derrota pone al Puebla en un lugar delicado, décimo quinto lugar de la tabla, a dos puntos de la línea de clasificación que marcan Pachuca, Chivas y el hermano Mazatlán con catorce puntos, y este descalabro ha vuelto a poner de manifiesto la rueda de la fortuna que es el torneo mexicano para la afición del Puebla que tras la victoria del martes pasado ante Atlas en Guadalajara, conseguida con diez hombres desde el primer tiempo parecía que volvía a creer en el trabajo de Nicolás Larcamón y sus jugadores, pero bastó una derrota en casa para volver a incendiar las redes sociales con algunas viejas cantaletas y algunas pocas con señalamientos más fríos y contundentes.
Más allá del resultado, más allá de los accidentes que jugaron a favor de Pachuca (y que los Tuzos supieron aprovechar), más allá de la incapacidad arbitral e incluso más allá de la falta de contundencia camotera, recordando que sin goles no hay paraíso, cabe destacar que el Puebla fue capaz de mantener la mejoría que ha venido demostrando desde el juego contra Santos; no hay que perder de vista que llevaba cinco juegos sin conocer la derrota donde Nicolás Larcamón encontró el parado ideal para competir con estos jugadores. El duelo del viernes permitió constatar que hay jugadores que siguen elevando su nivel como Diego de Buen, como Gustavo Ferrareis y como Pablo Parra, quien tras un flojo inicio ahora se le ve con mayor confianza pero al que algunos han confundido con el sucesor de Omar Fernández y, por ello, lo comparan con la lupa del extraordinario último torneo del colombiano y se olvidan de los primeros donde incluso “el parce” no era un habitual titular; dicho lo anterior, conviene aclarar que un primer diseño del Puebla para este Apertura 2021 se hablaba de mantener a Fernández y traer a Parra para reforzar el mediocampo, aunque luego vino la oferta del León y se autorizó la salida del colombiano; Parra no vino en lugar de Fernández ya que sus características son otras y dichas virtudes se empiezan a mostrar en la cancha.
Si ponemos atención a las acciones del juego nos daremos cuenta de que el Puebla generó varias llegadas de gol en el segundo tiempo; ya daba sensaciones de peligro desde antes del gol hidalguense y tras recibir ese segundo tanto hubo varias acciones que no pudieron ser finalizadas de buena manera siendo la más destacada la que dejó ir Maximiliano Araújo, quien sigue sin formar una mayor confianza de cara a portería, y luego en los minutos finales pese a tener varios delanteros ya no hubo la claridad necesaria para hacer daño, más allá de la discutida jugada del penal sobre Álvarez. Otro factor a tomar en cuenta es que hace un torneo el Puebla recibió 14 goles en 17 partidos, ahora en doce ya lleva 15 recibidos lo que habla que este torneo, el equipo de la Franja ha fallado en las dos áreas.
Hay que insistir que pese a la dura derrota frente a Pachuca, el Puebla de Larcamón ya recuperó uno de los sellos de la campaña pasada: La intensidad a la hora de recuperar la pelota, este equipo ha vuelto a ser intenso y este equipo ya tiene un estilo, ciertamente no es el equipo más poderoso de la liga, ciertamente no es el más brillante, ciertamente está lejos de la perfección, pero otra vez es un equipo que sabe lo que quiere en la cancha, que ha recuperado el nivel de varios futbolistas y que tras la fecha FIFA de octubre requerirá de mantener esas líneas de identidad para buscar los objetivos; pero debe quedar en claro que más allá de los resultados este Puebla vuelve a actuar como un equipo y que así serán sus juegos: Cerrados a favor o en contra, porque es su forma de entender el futbol; más allá del resultado, sí hay mucho mérito en lo que ha logrado Nicolás Larcamón porque ha potenciado la plantilla y porque todavía quedan cinco partidos para mejorar las prestaciones.
Las matemáticas dicen que el Puebla es el lugar quince de la tabla y que apenas ha ganado dos partidos de doce disputados, pero no se puede olvidar que este equipo ha tenido que sobreponerse a las bajas y a una pretemporada sui generis en la que hubo un brote de Covid-19 que frenó el trabajo del cuerpo técnico. No es un equipo perfecto, pero más allá del resultado hay que valorar que el viernes pasado el equipo de la Franja fue capaz de mantener una línea de mejora y que ha recuperado su sello, eso ya es un aspecto positivo para meses tan complicados tras llegar a semifinales, por lo que el balance final se tendrá que hacer tras las 17 jornadas a la luz del resultado final, y entonces cabe hacer la recomendación de no variar tanto en el estado anímico ante un triunfo o una derrota del equipo porque ni ganando es el mejor, ni perdiendo es el peor, sólo son un grupo de jugadores que están jugando al tope de sus posibilidades bajo la buena dirección de Nicolás Larcamón.
Para finalizar cabe recordar que de los cinco juegos que quedan, tres son en casa y tres también ante rivales directos para buscar la calificación: En la fecha 13 se visita a Necaxa, sin Silva y Aristeguieta que jugarán un día antes en la eliminatoria sudamericana para Qatar 2022, en la 15 se recibe al Mazatlán y en la 16 se visita a Juárez; mientras que en la 14 León viene al Cuauhtémoc y en la 17 se recibe al Toluca que están en la parte alta de la tabla. En los duelos directos, así como en aprovechar la localía están las posibilidades poblanas de regresar a la liguilla.
@abascal2