El Blog de Puebla Deportes por Cuauhtémoc Hernández
Indudable Es la calidad de quien actualmente es el número uno en el tenis mundial, Novak Djokovic ha dejado en claro a lo largo de la última década que se encuentra a la par de los mejores de la historia en el mundo del deporte blanco, no es casualidad que el serbio haya conquistado 20 títulos de Grand Slam que lo mantienen en empate con Rafael Nadal y Roger Federer.
Al cierre de año todo parecía pintar bien para el histórico tenista ya que se acercaba el arranque de la temporada con el desarrollo del Abierto de Australia donde se espera que conquisté su décimo título en esta pista; pero nadie esperaba la cadena de sucesos que se dieron desde el otorgamiento de la exención médica y el arribo de dicho personaje a tierras australianas.
Ahondando en el tema y los sucesos que tienen al tenista serbio al filo del precipicio, que lo podría llevar a olvidarse de su participación en el Abierto de Australia durante este año y hasta el 2025. Para ello me gustaría retomar la historia del jugador justo después de conquistar su octava Copa de Australia en 2020, tras esta hazaña en el mes de marzo la temporada se vio suspendida por la extensión de la enfermedad de COVID-19 que se convirtió en pandemia.
Fue precisamente en abril de ese año que Novak Djokovic declaró públicamente estar en contra de la posible vacuna que continuaba en desarrollo, a inicios de junio tras la primera ola de contagios cuando la ATP público el calendario que reanudaría la actividad para esta disciplina, sin público y a puerta cerrada en el Abierto de Estados Unidos, fue cuando el serbio de forma deliberada Organizó el torneo de exhibición Adria Tour en busca de retomar el ritmo de cara a la competencias, El desarrollo de dicho evento se dio en un entorno en el cual Serbia y Croacia habían flexibilizado las medidas de sanitarias contra la enfermedad, lo cierto es que se cayó en excesos donde no se respetaron las medidas mínimas recomendadas con presencia de público, gradas llenas e incluso se organizaron ruedas de prensa y hasta salidas nocturnas en Belgrado para jugadores quienes evidenciaron esta situación con fotos y vídeos en redes sociales.
El resultado no podía ser otro que el contagio del organizador Novak Djokovic, el búlgaro Grigor Dimitrov, el croata Borna Coric y el serbio Viktor Troicki.
El 2021 fue muy productivo para el número uno del mundo ya que conquistó el Abierto de Australia, Roland Garros y Wimbledon, Y aún cuando no logró conseguir el Golden Slam sin lugar a dudas fue un año soñado, hay que señalar que a lo largo de este periodo de más de año y medio el serbio no reportó haber recibido la inoculación en contra del COVID-19, exhibiendo una postura desafiante ante la principal herramienta de lucha contra la enfermedad, postura que comparten otros astros del deporte como Kyrie Irving, Joshua Kimmich y Aaron Rodgers.
Lo que nos trae a la actualidad con la llegada de la cuarta ola de contagios donde predomina la variante Omicron que llevó al país australiano a tomar medidas sanitarias más severas para la admisión de visitantes extranjeros, incluidos quienes competirán en el abierto de tenis, lo cierto es que según refirió la ATP y el mismo Rafa Nadal, se les comunicó el reglamento de competencia en cuanto a las medidas sanitarias con anticipación, situación que buscaba que todos los aspirantes a participar tomarán sus previsiones antes de llegar al torneo.
Es entonces que “El dilema” inicia para Novak Djokovic a quién renuente a la vacunación solicitó una exención médica para competir en el Grand Slam australiano, mismo que fue otorgado por el comité organizador, arribando el tenista el día 6 de este mes presentando como prueba para dicha exención una prueba positiva de coronavirus datada el 16 de diciembre, bajo esta situación el gobierno australiano tomó medidas para rechazar el ingreso del serbio hasta una apelación de la cual salió airoso este lunes otorgándole la sentencia a favor por un tema procesal donde los agentes de aduana no permitieron el aviso oportuno a los abogados del tenista.
La problemática llega en el momento de analizar las pruebas y documentación presentada por el serbio a su arribo a Australia, ya que según lo referido por medios internacionales, el jugador continuó realizando eventos públicos después de su positivo en la prueba PCR a mediados de diciembre, lo que llevaría a dudar de la veracidad de la prueba, incluso se señaló en el reporte de aduana que no había realizado viajes 14 días antes de su llegada al aeropuerto de Melbourne Australia, situación que significaría una falta grave a la presentación de pruebas y datos falsos ante la autoridad australiana, ya que el tenista realizó un campamento de entrenamiento en España. Este acto lo llevaría a una suspensión de su visa por un periodo de 3 años.
El sorteo para el rol de juegos en el Abierto de Australia se realizará este jueves y todo indica que la determinación del ministro de inmigración llegará antes de esa fecha con la postura de que el jugador es un riesgo para la salud pública. El panorama pinta complejo para Djokovic en una situación que se ha politizado de más. Y que ha dejado como resultado que la ATP realice su propia investigación con la sospecha de una falsificación por prueba de COVID y el reforzamiento a los reglamentos que tendrán que ser más claros en próximas competencias.
Por lo pronto desde Francia llegan las buenas noticias por parte de la ministra de deportes quién aseguró que en Roland Garros si tiene asegurada su participación mientras cumpla con los protocolos de resguardo Y compruebe no ser positivo a la enfermedad que sigue asolando al mundo.