El Blog de Puebla Deportes escribe Antonio Abascal
Miguel Mejía Barón (hoy director deportivo de los Pumas de la UNAM) solía hablar de las buenas costumbres de los equipos, su frase la aplicó en selección nacional y también en su paso por el Puebla de la Franja, así como en el Tec de Monterrey campus Puebla donde estuvo a cargo del proyecto de futbol; siguiendo con su idea debemos admitir que la actual versión poblana, la de Nicolás Larcamón, tiene muy buenas costumbres pero de igual manera no se ha podido quitar algunas malas costumbres que arrastra de torneos anteriores. Con el empate ante Cruz Azul, el equipo de la Franja cerró el primer mes del exigente Apertura 2022 y lo hizo con saldo de dos triunfos y dos empates, con muy buenos momentos y otros de dudas, tanto unos como otros se pueden explicar a través de esas costumbres a las que se refería el doctor que ahora aporta su experiencia en la UNAM.
El Puebla es un equipo con identidad, es un equipo muy intenso, ese es un logro de Larcamón porque ha sido capaz de mantener un sello con distintas versiones a veces con más y otras con menos talento; incluso da la impresión de que de mediocampo hacia arriba este equipo se ha potenciado con el regreso de Omar Fernández y de la forma en la que ya se entiende con Jordi Cortizo y Federico Mancuello. Este Puebla ha ofrecido minutos de gran futbol y el sábado anterior no fue la excepción en la cancha del Estadio Azteca donde volvió a jugar de tú a tú frente a un equipo con muchas individualidades y en varios pasajes del primer tiempo dictó las condiciones incluso dando la impresión de que el empate se quedó corto por lo realizado en la cancha.
Dentro de las buenas costumbres camoteras podemos agregar la competencia interna que desde su primer torneo ha logrado Larcamón al mover ciertas piezas de acuerdo a lo que pretende para determinado partido; el sábado en el Azteca el canterano Ivo Vázquez no desentonó al suplir al suspendido Maxi Araújo y aunque sufrió en la marca de Uriel Antuna también fue una pieza importante a la ofensiva donde ya con la ventaja en el marcador tras el golazo tempranero de Jordi Cortizo envió un gran centro que desperdició Martín Barragán y más tarde ya con el juego 2-2 disparó de media distancia para superar a Sebastián Jurado y estrellar el balón en la base del poste en el que pudo haber sido el gol de la ventaja poblana. Y es que pese a una desconexión tras el penal que significó el empate, el Puebla del primer tiempo fue el que mandó, el que mostró variantes, en el que Fernández, Cortizo y Mancuello se buscaban para hacer daño, en el que los carrileros, Vázquez y Ferrareis aportaban a la ofensiva para generar peligro y en el que Barragán también se mostraba ya que tras dejar ir el gran centro de Vázquez lavó su error al aprovechar otro gran servicio, ahora de Ferrareis, para empatar y minutos más tarde peinó un balón que remató Israel Reyes quien se encontró con una gran reacción de Jurado quien con su pierna envió el balón a tiro de esquina https://www.youtube.com/watch?v=cX__M4LEzl4.
Pero todos los atributos del Puebla desaparecen en los segundos tiempos, de ese equipo dinámico que busca recuperar el balón lo más rápido posible y hacer daño de forma inmediata da paso a uno que cede la iniciativa, de esa constante búsqueda entre los tres que más saben con el balón se pasa a que los tres desaparecen, del talento de Reyes para recuperar y darle agilidad al traslado del balón se pasa a los balones perdidos, los carrileros se quedan a medias y entonces se comienza a depender de Antony Silva, el guardameta paraguayo que nuevamente salvó al Puebla en el segundo lapso. Esta mala costumbre camotera se ha repetido en los cuatro partidos del campeonato más allá de las dos victorias ante Mazatlán y Santos y que no se perdió frente a León y Cruz Azul. Sin embargo, el sábado no se perdió porque apareció el arquero guaraní y porque se contó con mucha fortuna, por ejemplo, en el disparo al travesaño de Ignacio Rivera que luego impactó en el cuerpo de Silva y en lugar de anidarse el balón salió a tiro de esquina.
Otra mala costumbre que se arrastra del torneo anterior es la táctica fija en contra, otra vez se recibió un gol por esta vía donde entre Barragán y Gastón Silva dejaron rematar a Santiago Giménez (que pasa por un gran momento) y dejó sin opciones a Antony Silva; de hecho, el refuerzo uruguayo del Puebla ha aparecido en la marca en tres de los cinco goles recibidos por el Puebla, el primero en Mazatlán, el del empate del León y el de la ventaja momentánea para los celestes en el Azteca. La lista de malas costumbres no termina aquí ya que es una escuadra que sigue discutiendo mucho con los árbitros y si bien es cierto que el penal que significó el empate de la Máquina se lo inventó Fernando Guerrero con complicidad del VAR, también hay que reconocer que tanto Guerrero como a los señores del VAR les pasó de noche un agarrón del propio Gastón Silva en el área poblana que se pudo marcar como pena máxima, por cierto, ese agarrón del uruguayo fue en un tiro de esquina, otra jugada de táctica fija.
Da la impresión de que el Puebla sigue siendo un equipo en construcción que mantiene sus señas de identidad pero que no ha aprendido de las lecciones pasadas: Sigue siendo una escuadra que sufre en la táctica fija, sigue regalando tarjetas amarillas o rojas (Araújo la semana pasada ante León), sigue sufriendo desconexiones cuando recibe un gol en contra (pasó con Mazatlán y ahora ante Cruz Azul), algunos jugadores no acaban de crecer y son muy intermitentes como el propio Araújo, mientras que otros no acaban de mantener su nivel en los noventa minutos y se van evaporando como Mancuello, mientras que en el caso de Gastón Silva le está costando la marca en las jugadas aéreas y aquí cabe aclarar que un servidor no tiene algo en contra del charrúa pero como refuerzo que llega a ocupar una plaza que fue muy bien cubierta por un profesional como Juan Pablo Segovia debe ser una respuesta para potenciar al equipo y hasta el momento está sufriendo en ese tipo de acciones.
A las malas costumbres que no han podido ser erradicadas se suman las bajas, Fernando Aristeguieta se perderá todo el torneo por una desafortunada fractura en el entrenamiento, Guillermo Martínez no ha podido ser considerado por arrastrar una lesión y en el juego ante Cruz Azul salieron con molestias tanto Gastón Silva y Emanuel Gularte (quien sigue en un gran estado de forma futbolística) justo cuando el torneo entra a su fase más acelerada y el Puebla deberá jugar tres partidos en semana y media: Mañana martes ante el líder Monterrey en la Sultana del Norte, el sábado en casa frente al San Luis, el martes dos de agosto visitando al Toluca en juego adelantado de la jornada 16 y luego tendrá un receso ocasionado por la visita de los Pumas a Barcelona para medirse a los blaugranas por el trofeo Joan Gamper, por lo que el partido frente a los universitarios, pactado para el viernes cinco de agosto en el Cuauhtémoc deberá ser reprogramado y entonces tras visitar a los Choriceros, el Puebla volverá a la acción el 12 de agosto visitando a Tijuana, aunque eso nos lleva que el equipo de la Franja afrontará tres de sus cuatro siguientes compromisos fuera de casa con esta problemática de las lesiones.
Este balance entre las buenas y las malas costumbres del Puebla se presenta para poner sobre la mesa una pregunta sobre los objetivos del equipo de la Franja en el Apertura 2022 porque las buenas costumbres ya han demostrado que producen un equipo competitivo, incluso que genera orgullo y que ha devuelto la comunión entre afición y equipo, pero no corregir las malas costumbres, también demostrado a través del torneo pasado, genera un equipo que no puede trascender en liguilla; de ahí la importancia de corregir esas malas costumbres, de ahí la importancia de la autocrítica interna de Nicolás Larcamón, de ahí la importancia de apretar tuercas con Araújo, con Gastón Silva, de ahí la importancia de encontrar las razones de los declives en los segundos tiempos porque no sólo se trata de los ajustes rivales (Aguirre mandó a Baca y Rivero para tapar la banda derecha del Puebla en el segundo tiempo) porque ante tales ajustes no se ha reaccionado para buscar variantes, no se trata de los cambios que no son de impacto inmediato, no sólo se trata del bajón físico de Mancuello y Fernández, se trata de un problema multifactorial en donde además de todos estos factores otros jugadores como Reyes, Cortizo o Ferrareis se quedan sin respuestas ante los problemas de sus compañeros.
La Franja seguirá siendo competitiva gracias al trabajo de Larcamón y al compromiso de los jugadores, lo seguirá haciendo porque tiene buenas costumbres, pero para trascender y lograr la cereza del pastel de la que tanto han hablado jugadores y cuerpo técnico urge corregir las malas costumbres.
@abascal2