Tacos de asada

Tacos de asada
Alfredo González
Pan y circo

Pan y circo por Alfredo González 

Cuando uno conoce a alguien que iguala tus locuras, ama tus pasiones, se carcajea contigo hasta dormirse abrazados, te admira, la admiras, te gusta, te comparte sus miedos, fracasos y sobre todo cena contigo unos tacos de asada en el puesto de la esquina, ahí es.

En 2012 hicimos un programa de Contacto Deportivo en el Alpha 3. Apenas comenzaríamos a salir y me escribió, «aquí en la redacción no le puedo cambiar para verte. Ahorita veo en dónde puedo». No lo logró; sin embargo yo hice una de mis intervenciones en televisión más perfectas que se recuerden porque era posible que estuviera viendo la tele.

Terminando el programa, corrí por ella a la redacción. No recuerdo qué íbamos platicando en el camino solo esperaba que oliera el frasco de loción que me había tirado encima. Era un manojo de nervios, la mujer guapa de la redacción me había hecho caso. En la taquería Lupita fue la primera cita. No les miento si dimos solo dos bocados a nuestra mula de asada. La plática fluyó y entendí que ahí era, que la mujer con quien estaba cenando era esa mujer ideal que tanto había buscado. Escuché sus sueños, se interesó por mi trabajo, era perfecto.

En los siguientes meses me acompañó a grabaciones, programas, partidos, me ayudó a grabar, emprendió y la apoyé, nos fuimos a vivir a Ciudad de México y vivimos juntos. ¿Se dan cuenta la perfección? Y es que hasta risa me dio cuando le pedí que se casara conmigo y escuché los mensajes de «no sabes lo que es el matrimonio» «¿para qué se casan si así están bien?»

Este 5 de septiembre celebro el séptimo aniversario del mejor viaje de mi vida. Por supuesto que imaginamos llegar hasta aquí, pero no ha sido fácil. Nos hemos mudado tres veces, vamos, regresamos, emprendemos, fracasamos, nos frustramos, fallamos, reconocemos, recomponemos, nos convertimos en papás, nos preocupamos y seguimos soñando, siempre así, de la mano, juntos y dandole forma al mejor viaje de la vida hasta pasitas, como siempre nos recordamos.

Cuando les digan «no se casen» no hagan caso, por favor. Y por encima de cualquier cosa, la primera cita debe ser a los tacos de la esquina. Las cenas lujosas déjenlas para los aniversarios, para otras ocasiones porque si él/ella acepta a comer unos tacos de asada con todo y fluyen como nunca, no se deben soltar, deben amarse y, por sobre todas recordarse siempre, con un beso que ahí es. Feliz aniversario, mi vida.

 

Por Alfredo González

@AlfredoGL15