La Fuente escribe Fabián Robles
Cumplida la primera mitad de la campaña por la titularidad del Ejecutivo tlaxcalteca, los pronósticos se cumplen: de siete, la contienda se ha reducido irremediablemente a los flancos encabezados por Anabel Ávalos Zempoalteca y Lorena Cuéllar Cisneros (citadas en estricto orden alfabético por su primer apellido, y no por resultados de encuestas tendenciosas, y tampoco por filias o fobias).
Cada una, en su estilo personalísimo de hacer política y según sus posibilidades, ha hecho hasta ahora lo que creen es lo correcto para ganar la elección del próximo 6 de junio.
Eso sí, olvidada la emergencia sanitaria por la Coidv-19, a ambas las venció la tentación de organizar actos masivos. La salud y el cuidado de los demás han quedado en segundo plano. A la hora buena, ya se verá de cuánto es la merma para cada bando. La irresponsabilidad también cobrará facturas, y lo saben.
El hecho de encabezar coaliciones conformadas por cinco partidos cada una, puso a esas dos mujeres a la cabeza de la competencia. Las otras cinco personas que participan –cuatro mujeres y un hombre- no tienen posibilidad alguna de pelearles el triunfo. Y que conste: no es un acto de discriminación, sino una realidad que acaba por imponerse a fuerza de querer o no.
Además de esa condición de apoyo partidista –criticable sí, por tremenda mescolanza ideológica y hasta contra natura (sobre todo en el caso de la unión de PRI, PAN y PRD)- Anabel y Lorena, guste o no, son las de mayor experiencia –abrevada en el tricolor- en el terreno de la política. Es decir, ramas del mismo árbol, como dijera Mariano González Zarur.
Referirse a propuestas de gobierno resultaría un tanto ocioso, merced a que éstas han escaseado, o al menos ellas no han sido explícitas en decir cómo cumplirán en caso de ganar. Lo dicho en distintos foros por una y otra se circunscribe a puras promesas de campaña y nada más.
Justo a la mitad de la campaña rumbo a la gubernatura del estado pareciera que han centrado su estrategia en ver quién de las dos gana más adeptos. Cierto, las acciones proselitistas son para eso, para conquistar el voto ciudadano…pero a la gente no le importa qué cartucho quemado se va con quién. La población quiere y necesita respuestas a los problemas de su vida diaria.
Y si ambas están más preocupadas y ocupadas en presumir al cascajo político que cachan, el resto de las candidatas y el candidato parece que ya se resignaron a dejarse arrastrar por la inercia del proceso, con una apuesta de sólo mantenerse a flote, a ver qué ocurre.
Juan Carlos Sánchez –quien se perfila para quedar en tercer lugar de la contienda – va en su campaña con promesas populistas, muchas de las cuales tienen el tufo de la ocurrencia.
Viviana Barbosa Bonola durante los últimos días ha decidido incursionar en el mundo del tik tok para ganar simpatías, con lo que sus propuestas han pasado a segundo término. Académica y con experiencia en la administración pública, tiene un intelecto que le puede dar para mucho más que emular a cualquier púber. Si después de la contienda sigue en la política –incluso en el PRI que tanto quiso su padre Federico- se le puede augurar un buen futuro.
Eréndira Jiménez Montiel prácticamente hace lo que puede. Su apuesta básicamente ha sido en redes sociales. Gente que le conoce desde su paso por el PRD pensaba que daría más, porque es una mujer preparada y luchona (o una guerrera como ella se autodefine). Para su mala fortuna, el partido que la postula no le ayuda mucho.
De Liliana Becerril Rojas mucha gente todavía se pregunta quién es. De los pocos que le conocen no saben si está en campaña o sí nada más se dedica a hacer vida de socialité.
Evangelina Paredes Zamora es otro caso: prácticamente no se sabe nada de su campaña.
Así llegan quienes aspiran al gobierno del estado a la segunda y última parte de la campaña. Salvo que ocurra un milagro o una desgracia de gran magnitud, el escenario poco podrá cambiar a partir del martes 4 de mayo, cuando inicien las actividades proselitistas de candidatos a diputados locales, ayuntamientos y presidencias de comunidad.