Refrescando la memoria y defendiendo el orgullo

Refrescando la memoria y defendiendo el orgullo
Antonio Abascal
El Blog de Puebla Deportes

El Blog de Puebla Deportes por Antonio Abascal 

El Puebla de la Franja cayó 3-0 ante Santos Laguna en la idea de la semifinal del Guardianes 2021 en un partido que es un buen ejemplo de la diferencia entre lo que pudo haber sido y la pesada realidad. Los Camoteros generaron varias llegadas pese a irse abajo en el marcador desde el segundo 44 cuando los locales aprovecharon una serie de errores de la defensa visitante desde el saque inicial cuando Juan Pablo Segovia estrelló el balón en Eduardo Aguirre para ceder un saque de manos del que se derivó un centro al área donde apareció el propio Aguirre superando la marca de Israel Reyes para abrir el marcador; pese a ello, el cuadro de Larcamón empezó a generar a la ofensiva y hasta encontró el gol del empate en una serie de rebotes en el área lagunera, pero el VAR determinó que había fuera de lugar de Amaury Escoto y del hipotético 1-1 se pasó al 2-0 ya que en el despeje de Acevedo, Campos la rescató generando que Corral no marcara bien a Preciado que lanzó a Aguirre para el segundo de la noche.

El cierre del primer tiempo ofreció varias llegadas poblanas repelidas por el guardameta local como el disparo de Escoto, las oportunidades de Araújo y Corral y cuando fue superado por un nuevo disparo de Araújo, Félix Torres evitó el gol sobre la línea en una acción que puede resultar clave en la serie. Arrancando el segundo tiempo, Omar Fernández tuvo una nueva oportunidad pero sacó un disparo desviado cuando daba la impresión que Araújo llegaba solo por izquierda; luego Santos recompuso y volvió a ser peligroso obligando a Antony Silva a realizar buenas atajadas, hasta que en el minuto 73 los locales encontraron el tercero en una jugada de táctica fija tras una falta inexistente que marcó el árbitro central, Marco Antonio Ortiz Nava, para que en los minutos finales el Puebla, que nunca dejó de luchar, volviera a dejar oportunidades que pudieron haber hecho menos pesada la loza: Un disparo de Santiago Ormeño en el centro del área y un mano a mano de Clifford Aboagyé que no supo resolver ante Acevedo https://www.youtube.com/watch?v=Mlnyjb3sodg.

Con este resultado, el Puebla está obligado a ganar por 3-0 para que su mejor posición en la tabla le alcance para clasificar a su primera final en 29 años y a la primera final desde que se instauraron los torneos cortos, la derrota en Torreón alarga la racha sin victoria en esa ciudad ya que el último triunfo se remonta a 1999, pero lo más grave es que el cuadro de Larcamón está obligado a ganar con claridad a un rival al que no se le derrota desde hace ocho años que se traducen en 18 partidos ya contando el de anoche. Para complicar la situación, los poblanos deben marcar al menos tres goles cuando viven su peor racha goleadora desde que llegó el timonel argentino ya que en los últimos cinco juegos apenas ha marcado un gol y fue en propia puerta del atlista Anderson Santamaría. Clasificar a la final pasa por hacer mínimo tres goles lo que rompería la mala racha poblana de cara a portería, vencer a un rival al que no se le ha derrotado en 18 previas oportunidades sin perder de vista que si Santos anota un gol, una situación probable por el estilo de los de Guillermo Almada, los camoteros tendrían que hacer cinco.

La sequía goleadora del Puebla se refleja en los siguientes datos: No anota más de un gol desde el 17 de abril cuando goleó 4-1 a San Luis en el Alfonso Lastras, esa fecha también fue la última en la que Santiago Ormeño anotó gol y el último gol de un jugador poblano fue de Guillermo Martínez para cerrar la cuenta en tierras potosinas https://www.youtube.com/watch?v=MmeI1w9sk6I. Es decir, es un mes de sequía goleadora que ha dejado al equipo de la Franja a las puertas de la eliminación en semifinales. En contraparte hay un argumento para buscar la remontada en casa: El Puebla volvió a generar futbol ofensivo y llegadas claras, registró 17 disparos, por lo que sí fue capaz de crear peligro en la meta de Carlos Acevedo.

La derrota en la Comarca Lagunera regresó a buena parte de la afición poblana a la rueda de la fortuna de las emociones que ni la brillante clasificación a la liguilla ha podido cambiar. Tercer lugar de la tabla, pero a la primera derrota se acusó a los jugadores y a la directiva de entregar el juego frente a los Rojinegros por temas de multipropiedad, tras ganar por la mínima el pase a la semifinal, se alzó la euforia y se empezó a hablar de campeonato, tras perder por goleada en Torreón se ha vuelto a decir que no hay plantilla, pero sobre todo, que los jugadores principales ya están vendidos y que ya piensan en sus nuevos equipos cuando, hasta el momento, todos son rumores ya que no hay oficialización respecto a la llegada de algún futbolista camotero a otro equipo y, lejos de ello, durante la semana Mazatlán confirmó a Beñat San José como su nuevo estratega con lo que se desinfla otro de los rumores de las últimas semanas sobre el futuro de Larcamón.

Otro sentimiento en la afición, al que equivocadamente se ha sumado el propio Larcamón, es pensar que la actuación arbitral fue un factor determinante y aunque Ortiz Nava se equivocó al marcar como falta la entrada de Israel Reyes, que se tradujo en la amonestación del zaguero y de ahí nació el tercer gol lagunero, que se puede señalar que sacó tarjetas amarillas con más facilidad a los visitantes que a los locales, fríamente hay que decir que el nazareno se equivocó menos que los jugadores poblanos. El Puebla no perdió anoche porque sus futbolistas ya pensaran en sus nuevos equipos, tampoco perdió por el árbitro, perdió porque se equivocó en las dos áreas, no fue contundente y el rival sí tuvo esa virtud.

De cara a la vuelta en el Cuauhtémoc, las estadísticas ya explicadas muestran el grado de dificultad que afronta la escuadra poblana, pero es ahí donde conviene refrescar la memoria para recordar todo lo que ha conseguido este equipo. El lunes 4 de enero en la víspera del inicio del actual torneo en el debut contra Chivas un servidor escribió en este mismo espacio: “La realidad es que este Puebla luce con menos argumentos que el torneo pasado porque hay otro aspecto a tomar en cuenta. El equipo de la Franja cambió de proyecto a mitad del año futbolístico (si tomamos en cuenta la forma en la que se organizan los torneos en casi todo el mundo en el que arrancan en agosto y finalizan en mayo), es decir, para el número de bajas y de altas que ha tenido, además del cambio de entrenador y de que ese nuevo timonel tiene una idea diametralmente opuesta a la que el Puebla había desarrollado en los últimos bajo el mando de Juan Reynoso, ha tenido poco tiempo para entrenar su idea de juego y consolidarla".

Dos semanas más tarde, el lunes 18 de enero, escribí tras el empate frente a Chivas y la victoria en el Azteca frente a Cruz Azul: “El torneo no se trata de quién inicia mejor o es capaz de sorprender al principio, sino de ir sumando puntos para llegar a la liguilla. Hay razones para un optimismo moderado porque no hay que perder de vista que esta plantilla del Puebla es muy modesta, pero parece que el cuerpo técnico le puede sacar jugo”.

Con estas citas como ejemplo, lo que intento decir es que más allá de la desazón de la derrota, más allá de la decisión personal de creer en la remontada, lo cual es un acto de fe, más allá de la dificultad de la vuelta del domingo y más allá de que los rumores sobre las salidas de los jugadores sean ciertos o no, conviene recordar lo que ya consiguió este Puebla: Clasificar de manera directa a la liguilla,  conectar con la afición gracias a un sistema de juego agradable, volver a jugar una semifinal algo que no se daba desde hacía 12 años, tener partidos de vuelta de liguilla lo cual no se daba desde hace 25 años (en el Invierno 96), volver a ganar un partido de vuelta en liguilla lo cual no se daba desde la 89-90, tener una de las mejores ofensivas del campeonato, poner a jugadores cerca de su selección, lograr que se hable del Puebla por sus méritos deportivos y recuperar el orgullo de la afición camotera.

Todavía podemos ir más lejos si recuperamos otra de las frases de Larcamón: “Ser Puebla”: el partido de ayer fue un compendio de situaciones desafortunadas: Gol en contra antes del minuto de juego, amonestación de uno de los centrales al minuto 3, un gol anulado cuando incluso el anotador ya lo había dedicado a su abuelo que recientemente falleció, tras ese hipotético 1-1 se pasó al 2-0 en contra, luego varias llegadas sin premio, la idea de una injusticia por recibir un tercer gol en contra tras una falta inexistente que se inventó el árbitro, pero a pesar de no ser la mejor noche, a pesar de cometer errores graves en las áreas, el Puebla fue el Puebla porque siguió peleando y eso lo demuestran todas las jugadas de peligro que generó. Este Puebla no ha bajado los brazos durante el torneo y eso es otro logro para la actual plantilla.

No puedo caer en los actos de fe, pero lo que sí puedo decir basado en los hechos de 17 jornadas más la liguilla es que el domingo este equipo se merece que su afición lo aplauda a rabiar, lo apoye desde el minuto 1 hasta el 95, sin importar las vicisitudes de la vuelta. Este equipo ha dado alegría a la ciudad, se ha ganado el reconocimiento y ahora es justo retribuirlo con apoyo incondicional, luego ya se verá si alcanzó o no, ya se verá si algunos, varios o casi todos dejarán al equipo, pero el domingo estos jugadores merecen ser recibidos a lo grande porque ellos no han escatimado su esfuerzo y, al final, han comunicado sensaciones que hacía mucho tiempo no se vivían en la Angelópolis. Pase lo que pase el domingo todavía, al menos, hay un capítulo por escribir donde afición y equipo tienen un mismo reto: Ser Puebla, si al final no alcanza al menos se habrá defendido el orgullo que se recuperó con una plantilla y un técnico que al principio generaban muchas dudas. 

 

@abascal2