La fuente escribe Fabián Robles
Las ocurrencias de quienes integran el Congreso local continúan, incluso en la agonía de la LXIII Legislatura. El único límite que tiene su vasta creatividad es el fin del encargo en unos días más.
El viernes último las legisladoras María Isabel Casas Meneses, Leticia Hernández Pérez, Maribel León Cruz y Lourdes Montiel Cerón, propusieron la creación de un órgano interno de control del Congreso del estado.
Grosso modo, su iniciativa “tiene como objetivo garantizar el combate a la corrupción y la transparencia en la aplicación de los recursos del Poder Legislativo”, con la carga burocrática que ello implica, claro está.
El espíritu de la propuesta parece bueno en sí mismo, al menos en el papel.
No sería blanco de crítica alguna a no ser porque en el andamiaje legal de Tlaxcala se cuenta ya con un sistema anticorrupción, hasta ahora inservible, cierto; con un Órgano de Fiscalización Superior, convertido en una especie de florero carísimo por cierto; y una normatividad de transparencia que ni se respeta ni se cumple a cabalidad.
Con su propuesta, la variopinta cuarteta de legisladoras olvida –acaso por conveniencia propia- que, de todos los entes obligados, el Congreso local es el principal violador a la ley de transparencia y sus integrantes los que más fomentan los actos de corrupción.
Ejemplos hay cualquier cantidad, lo saben. Pero basta recordar sólo dos casos, a saber:
De los millones y millones de pesos recibidos cada mes supuestamente para gestión –algo que de por sí es indebido- ninguno de los actuales, ni de sus predecesores, ha rendido nunca cuentas ni ha transparentado el destino de ese dinero público.
Datos sobre el manejo de esa partida no existen en el apartado de transparencia de la página web del Poder Legislativo. No hay rastro alguno, pese a que debieran cumplir con el principio de máxima publicidad, sobre todo porque se trata de información pública de oficio, es decir que se debe conocer sin que medie solicitud alguna.
A contrapelo de lo que puedan decir en su defensa, nadie sabe a ciencia cierta quién y por qué ha recibido el dinero…si es que ha sido así. La opacidad con que se conducen tiene un claro tufo a corrupción, a tranza.
Las fotografías publicadas en sus redes sociales de viajes –incluso al extranjero- y propiedades, evidencian que han amasado fortunas que antes de llegar al cargo ni las imaginaban ni las tenían. Hoy se han convertido en los nuevos ricos de Tlaxcala.
Hace poco más de un año –en una entrevista que quedó grabada en FM Centro- el panista Omar Milton López Avendaño se comprometió con este reportero a proporcionar la información desglosada de los recursos que le correspondían para gestión. El tiempo ha pasado y la promesa se fue, igual que el sueño del legislador de reelegirse en el cargo.
Las diputadas que promueven la creación de ese órgano interno de control olvidan también que nada hicieron a lo largo de tres años para transparentar los recursos excedentes que le han correspondido al Legislativo. El destino de ese dinero es un misterio y eso da pie a una nueva sospecha de corrupción.
Con dicha iniciativa aceptan de manera tácita y sin desdoro alguno que en el Poder Legislativo nada se ha hecho para “garantizar el combate a la corrupción” ni la transparencia de recursos. Y ahora se preocupan cuando ya tienen listas las maletas para irse.
De aprobarse semejante propuesta, los únicos perjudicados serían, en todo caso, la pevemista Maribel León Cruz y el petista Miguel Ángel Covarrubias Cervantes, quienes integrarán la próxima legislatura, pues ganaron su reelección en los comicios del pasado 6 de junio.
La primera tal parece que se hizo el harakiri, pues es de las más opacas y ahora, paradójicamente, impulsa la iniciativa para crear ese órgano de control. Si quiere predicar con el ejemplo debería motu proprio comenzar a transparentar cada peso recibido durante los últimos tres años para “gestión social” y no esperar a que sea aprobada su propuesta.
Al segundo –con todo y familia- lo persigue la sombra de la corrupción y la tranza. En su desempeño como legislador tampoco ha rendido cuentas claras de lo que recibe para “gestión social”. No sólo eso, como diputado permitió que su progenitora, Maribel Cervantes, alcaldesa de Texoloc, comprara a sobreprecio ganado y calentadores solares con recursos públicos.
Ya para rematar con el tema de las ocurrencias por intereses propios, pero disfrazadas de beneficio común para evitar cuestionamientos, ahí está la iniciativa promovida –y aprobada el pasado viernes- por Zonia Montiel Candaneda.
La diputada priista pugnó porque el Congreso del estado exhortara a la Secretaría de Seguridad Ciudadana, así como a los ayuntamientos y titulares de las áreas de seguridad de San José Teacalco, Huamantla, Cuaxomulco, Contla de Juan Cuamatzi, Chiautempan, San Francisco Tetlanohcan, Teolocholco, Mazatecochco, Papalotla de Xicohténcatl y San Pablo del Monte, “a implementar planes y programas que permitan garantizar la seguridad, integridad física y protección de los bienes de las personas que realizan ciclismo, caminata o algún tipo de actividad física en las carreteras, calles, caminos vecinales, brechas y vías de comunicación que conducen al Parque Nacional Malintzi, así como a las diversas zonas y áreas naturales”.
En sí mismo el exhorto no es malo, pero no imagino a un grupo de policías estatales y municipales encargados de semejante tarea. No lo digo porque las personas que realizan esas prácticas no lo merezcan, sino porque no habría cuerpo de seguridad alguno que fuera suficiente para dedicarse exclusivamente a ello.
Además, la legisladora olvida –y eso que ya fue presidenta municipal de Emiliano Zapata- que una de las principales carencias de todas las corporaciones es, precisamente, la falta de personal y que la inseguridad no se centra en la montaña, sino principalmente en las calles y en el transporte de las comunidades.
Lo que no dice la diputada priista es que ese exhorto surge porque a últimas fechas a ella y su familia les entró el gusto por practicar el ciclismo y hacer recorridos largos. Las fotografías de sus paseos publicadas en sus redes sociales evidencian hablan por sí mismas. En tribuna, para justificar su exhorto, nada dijo de ello.