El Blog de Puebla Deportes escribe Antonio Abascal
Jack Nicholson y Diane Keaton estelarizaron en 2003 la comedia romántica Something´s Gotta Give bautizada en Hispanoamérica como “Alguien tiene que ceder”, la cinta dirigida por Nancy Myers le valió a Keaton su cuarta nominación al Oscar como mejor actriz; pues bien el título en Hispanoamérica es justo lo que tiene que suceder en el futbol que ahora es rehén de intereses comerciales y políticos que dejan ya muy poco margen de maniobra a los jugadores, los verdaderos protagonistas de este deporte, porque por más críticas a la FIFA por su triple fecha de eliminatoria mundialista, todas las ligas del mundo siguen el modelo mercantilista: Más equipos, más partidos, más viajes, más promociones (torneos MLS y Liga Mx) y menos tiempo de preparación para los equipos; nadie está libre de tirar la primera piedra.
La suspensión del Brasil vs Argentina que se iba a disputar en Sao Paolo es el último bochorno mundial ya que la autoridad sanitaria de Brasil ingresó al estadio para suspender el juego para reclamar la deportación de cuatro jugadores argentinos, tres de ellos titulares para Scaloni (Emiliano Martínez, Cristian Romero y Giovanni Lo Celso) https://www.youtube.com/watch?v=ZmSCAP83L_s, quienes mintieron en su ingreso al país ya que omitieron haber estado en Inglaterra durante los catorce días previos a su visita. Desde el pasado 23 de junio, Brasil prohibió el ingreso de viajeros de Gran Bretaña, Irlanda del Norte, Sudáfrica e India debido a las variantes del virus SARS-Cov 2 que se encontraron en esos países. En el decreto 655 se puede leer: “Considerando el impacto epidemiológico que las nuevas variantes de Coronavirus SARS-Cov 2 (Covid-19), identificadas en Reino Unido, Irlanda del Norte, la República de África del Sur y República de la India, pueden provocar en el escenario actual vivido en el país”, aunque más adelante el artículo tercero establece excepciones y en el quinto rubro inciso b declara que un extranjero puede ser autorizado para ingresar por parte del gobierno brasileño en caso de interés público o por cuestiones humanitarias.
La Copa América 2021 se jugó en Brasil del pasado 11 de junio al 10 de julio, es decir, el decreto entró en vigor justo cuando el torneo se llevaba a cabo, con la selección argentina concentrada en su propio territorio ya que sólo jugaba los partidos y regresaba a entrenar. La decisión de suspender el juego fue equivocada por las formas ya que los funcionarios de la autoridad sanitaria brasileña ingresaron al estadio para frenarlo a los cuatro minutos, cuando los futbolistas argentinos llevaban 72 horas en territorio brasileño; la realidad es que ninguna de las partes actuó bien, los argentinos mintiendo en su declaración de ingreso, la autoridad brasileña ingresando al estadio y suspendiendo el juego cuando pudo intervenir desde antes, por ejemplo, cuando la delegación argentina estaba en el hotel, la Conmebol porque el sábado informó que no había problemas y que los jugadores en cuestión estaban habilitados para jugar y la Confederación Brasileña como organizadora del duelo fue incapaz de negociar con el gobierno en esa figura de “interés público”.
Históricamente el gobierno brasileño se ha beneficiado del futbol, ocurrió con Getulio Vargas, ocurrió en los 70’s y ocurre ahora con Jair Bolsonaro organizando la Copa América. Brasil es uno de los países que peor han manejado la pandemia: 20 millones, 890 mil, 779 personas han enfermado de Covid-19 desde el inicio de la pandemia con 583 mil, 628 muertes, estos datos de la agencia Reuters y del portal statista.com, dejan a Brasil como el país latinoamericano con más casos, seguido de Argentina, Colombia (países que renunciaron a la organización de la pasada Copa América para que Brasil tomara el reto) y México, por lo que la actuación de ayer de las autoridades sanitarias de Sao Paolo llama la atención, aunque a su favor hay que señalar que de acuerdo con Reuters los contagios en ese país están decreciendo con 21 mil 280 casos al día.
Ahora la FIFA deberá tomar una decisión basada en el acta del partido y sus propios reglamentos. El árbitro venezolano, Jesús Valenzuela redactó: “se hicieron presentes personal (sic) de vigilancia sanitaria del estado comunicando que el encuentro no podría seguir porque había jugadores (Emiliano Martínez, Giovanni Lo Celso, Cristian Romero y Emiliano Buendía) que no habían hecho la cuarentena, según la legislación del estado de San Pablo. Procediendo la suspensión del encuentro”, por lo que ahora el organismo internacional deberá decidir si abre una fecha para disputar el juego o si determina dar los tres puntos en la mesa a alguno de los contendientes; la única buena noticia es que a diferencia de procesos anteriores, tanto brasileños como argentinos marchan bien en la eliminatoria por lo que la decisión pudiera alargarse a la espera de más resultados que confirmen a ambos, como todo hace suponer, en Qatar 2022.
Pero el problema no acaba aquí y es que la triple fecha eliminatoria abre el debate de los tiempos de descanso para los jugadores ya que Conmebol jugará sus últimos partidos este jueves: Uruguay recibirá a Ecuador, Paraguay (obligado a la victoria) recibe al colero Venezuela, Colombia a Chile con los andinos urgidos de anotar goles y ganar para no perder el contacto con los equipos que pelean por el repechaje, Argentina (que ya liberó a los cuatro jugadores implicados en el escándalo para que regresen a la Liga Premier) recibe a Bolivia y Brasil repite en casa frente a Perú. Aquí el problema es para el Puebla de la Liga Mx ya que el viernes se reanuda el Apertura 2021 con el duelo entre los Camoteros y el San Luis en un juego clave para los hombres de Nicolás Larcamón ya que buscarán ligar victorias por primera vez ante un rival directo en la lucha por la recalificación ya que los potosinos suman nueve unidades por seis de los poblanos. Es decir, el guardameta paraguayo Antony Silva tendría que jugar en Asunción el jueves por la tarde, tomar un avión, llegar a la Ciudad de México, viajar a Puebla y estar listo para recibir al Atlético San Luis lo que constituye un exceso, en esos casos también está el peruano Yoshimar Yotún quien visitará a Brasil y luego tendrá que realizar el viaje a México ya que Cruz Azul juega el viernes ante Juárez o Jonathan Rodríguez que con Uruguay enfrentará a Ecuador y al día siguiente su club visita a Juárez; Santos tendrá la misma problemática con Diego Valdez, Félix Torres y Fernando Gorriarán ya que visitará a Tijuana.
Estos dos ejemplos revelan que no sólo es problema de FIFA, sino de las ligas en el mundo. ¿Por qué no modificar los juegos del viernes para darles más descanso a jugadores seleccionados? La Liga MX continúa con su modelo ya que el viernes es el día de mayor raiting para una de las televisoras, la que inventó la idea de los “viernes botaneros”, y no está dispuesta a ceder, aunque eso signifique rebajar el espectáculo ya que es muy difícil que alguno de los implicados tenga acción al regreso del futbol de clubes.
Todos han estirado mucho la liga y han aminorado su margen de negociación, no hay buenos ni malos, sólo organismos que persiguen intereses económicos sin importarles la salud de la materia prima. Tanto ligas como la FIFA siguen la lógica de mercado de más juegos, más interés, más transmisiones televisivas, más ganancias y, por ello, hemos llegado a este punto. Esas ligas que se quejan son las que crecieron de 18 equipos con las que se jugaban a 20, son las que han permitido que en lugar de ocho clasifiquen doce a su llamada liguilla, son la misma calaña de directivos protegiendo su producto y tratando de morder al otro, pasando por encima de reglamentos, perjudicando al futbolista que carece de tiempo para recuperarse y que se queda callado porque también es parte de la maquinaria; al final el aficionado resulta perjudicado porque el espectáculo que le prometen unos y otros está muy lejos del esperado y porque jugadores importantes no aparecen debido a lesiones ocasionadas muchas veces por la sobrecarga de partidos.
Lo peor es que lejos de aprender de situaciones tan bochornosas como el Brasil vs Argentina que no se jugó y dejó con las ganas a muchos aficionados al futbol, la FIFA (enferma de avaricia) sigue apoyando a un grupo de trabajo para proponer y aprobar un nuevo orden donde los Mundiales de mayores se jueguen cada dos años, afectando los compromisos regionales de cada confederación; lo peor es que en este grupo de trabajo aparecen ex jugadores y ex directores técnicos como Arsene Wenger, quien se muestra convencido de la viabilidad de la idea; el galo es una muestra de que algunos personajes son veletas ya que cuando dirigía al Arsenal de la Liga Premier, lo dejó en 2018 tras 22 años en el cargo, era uno de los más críticos de las fechas FIFA y ahora promueve una Copa Mundial cada dos años, no cabe duda que el hambre es canija y más para el que se la aguanta como reza el dicho popular.
El Brasil vs Argentina es la metáfora ideal de la situación que atraviesa el mundo del futbol: Nulos acuerdos entre jerarcas ávidos de más ganancias, políticos seducidos por la popularidad que genera para lo cual no les importa organizar un torneo en una época de muchos contagios o cancelar un partido eliminatorio para demostrar quién manda, jugadores que se quedan en medio de los jaloneos pero que en lugar de unirse y llamar a la prudencia sólo emiten pequeños signos de desaprobación como el capitán español, Sergio Busquets y al final los aficionados que quedan como el mendigo del que hablaba el escritor uruguayo, Eduardo Galdeano: “Yo no soy más que un mendigo de buen fútbol. Voy por el mundo, sombrero en mano, y en los estadios suplico una linda jugadita por amor de Dios. Y cuando el buen fútbol ocurre, agradezco el milagro sin que me importe un rábano cuál es el club o el país que me lo ofrece”.
@abascal2