Con ambas manos 

Con ambas manos 
Jesús Olmos
Máscaras

Máscaras escribe Jesús Olmos 

Como su abuelo y gran parte de la familia, Mauricio nació para la carpintería. Sus inicios los tuvo en un patio de vecindad de la Colonia Centro, en donde practicaba con las maderas que dejaba en el suelo uno de sus más queridos tíos.

Empezó construyendo una casa para sus juguetes, luego hizo un buró, paso a hacer un estante y luego un librero que todavía adorna la sala.

Al paso de los años, el negocio fue pasando de manos y cuando el abuelo se fue y los hermanos de su papá se cansaron, tomó las riendas.

Lo complicado vino en octubre de 2016.

Mau era portero del Torino, un equipo de abolengo en su barrio. Solo su compadre “Neto”, quien jugaba en el eterno rival llamado el Santos, sabía que los tiros a la izquierda eran su punto débil, porque como buen diestro, carecía de fuerza para atajar en las esquinas. En una salida, ambos amigos se estrellaron, resultando Neto fracturado de la pierna y Mauricio con su brazo bueno en 3 partes.

La carpintería tuvo que cerrar los 8 largos meses de la recuperación de la dolorosa lesión y Mau tuvo que aprender a hacer casi todo con la mano izquierda.

A los 5 meses le quitaron los clavos y empezó su rehabilitación. En su primera visita a la clínica dijo a más enfermeras entre risas: “¿cómo es que no aprendí a comer con ambas manos?”.

A partir de ahí se volvió su bandera de vida. Ante cualquier complicación, instaba a sus conocidos a entrarle a lo desconocido y animarse a arriesgarse y “hacer las cosas con la de palo”.

La despedida de su padre lo obligó a ser el nuevo jefe de la familia y se repetía a sí mismo: “no nací diestro, no nací diestro”, para darse ánimos y enfrentar la adversidad.

Lo mismo pensaba para la política. En 2006, votó por Felipe Calderón; para el 2012, los intereses que representaba Enrique Peña Nieto y la poca confianza en sus oponentes y lo que se reveló de su antecesor su voto fue anulado; y en 2018 decidió seguir su propio consejo y mirar a la izquierda, aunque hoy se dice desconcertado.

“Para decir que el presidente se equivoca, y desde mi perspectiva lo hace mucho y de forma cotidiana, no hace falta repetir todo el tiempo que así empezó Venezuela”, le dice a sus contactos en Facebook con quienes discute de vez en cuando.

Ahí mismo, se auto explica. Y es que tampoco le gusta la postura solapadora de muchos de quienes siguen al mandatario con fe ciega y lo defienden, incluso, de su propia lengua.

Dice Mauricio que, con todo el desencanto con el que lo dejó el llamado “PRIAN”, le queda suficiente voz y suficientes dedos para señalar tanto la patética alianza con VOX como los abusos de los guarros del INAMI.

Y ahonda: “me sirven ambas manos para hablar con toda seriedad que la autocrítica presidencial está en los niveles más bajos, aunque su popularidad roce el cielo y que quien más celebra que Marko Cortés se quede en la dirigencia azul es el propio partido en el poder, porque nada es más festivo y alegre, que un personaje gris y opaco te lleve la contra”.

Mientras, contesta una llamada con la Izquierda.

 

@Olmosarcos_