Peludos, emplumados y cornudos

Peludos, emplumados y cornudos
Jesús Olmos
Máscaras

Máscaras escribe Jesús Olmos 

Los grandes estudiosos de esta actividad profesional coinciden en que el periodista y el entorno personal nunca deberían ser la noticia. Aunque hay excepciones, nosotros nos dedicamos enteramente a contar el mundo desde nuestra visión, buscando no sesgarnos por nuestras creencias para ofrecer una mirada lo más acercada posible a la realidad.

Los hechos ocurridos durante el fin de semana han motivado que rompa este, que considero, un principio básico para contextualizar una de las historias más enternecedoras de lo ocurrido en San Pablo Xochimehuacán.

Recogí a Mahui la primera semana de febrero y para estos días ya tiene más de 9 meses conmigo. Ella es una cachorra sin raza que encontramos en un paraje despoblado, en medio de la nada, llena de pulgas y con mucha hambre. Desde que era del tamaño de una mano hasta ahora, su presencia juega un papel protagónico en nuestras vidas.

El domingo por la mañana, Mahui se despertó un poco más cualquier otro día, desayunó y me acompañó a la cobertura de un hecho tan destacado como lamentable. Se quedó increíblemente quieta y observando.

A las 11 de la mañana corrieron las primeras historias, un grupo de vecinos fueron fotografiados por Jaime Cid con 3 cachorros a cuestas y esas fotos las puse de inmediato junto al archivo donde se genera la portada.

Pensé -por supuesto que yo también regresaría a buscar a Mahui las veces que fuera necesario- lo que fue argumento suficiente para destacar el gesto.

Pasaron las horas y en las imágenes de la Agencia Enfoque aparecían otros testigos mudos de las explosiones causadas por la feroz fuga de gas. Vi perros, gatos, una chiva y algunos pollos. Al mediodía, el Instituto de Bienestar Animal (IBA) ya avisaba que realizaría tareas en la zona siniestrada. También por Protección Civil municipal, Gustavo Ariza compartió la historia de “El jefe Elio”, el héroe que realizó la operación de rescate de un peludo en medio de los escombros.

Ya el lunes, pasado el mediodía, pudimos contar la historia de “Manchas”. Luego de más de 30 horas deambulando herido regresó con su dueña y fue atendido por graves lesiones y quemaduras. Por hambre o por lealtad, “Manchas” mostró mayor nobleza que esos huachigaseros movidos por la adicción al dinero “fácil”.

En su informe global, Ana Lucía Hill, titular de Segob, dijo que hasta el pasado martes el IBA había atendido a mil 254 animales afectados y desafortunadamente se habían reportado 528 animales muertos de la zona, colocando a toda forma de vida en un ámbito de importancia gubernamental.

En mis casi 10 años empeñado en dedicarle mi vida a este oficio, con coberturas de huracanes, inundaciones, sismos y otros desastres, jamás encontré una administración que volteara a ver a los peludos, emplumados o cornudos, como sujetos de atención prioritaria como ocurrió en Xochimehuacán.

Para muchos es una nimiedad o una medida para quedar bien en las redes sociales, pero entre tanta desesperanza y desazón, me queda claro que respetar a los animales es una tarea que nos debemos todos para ser mejores seres humanos y darle un giro a las historias que contamos todos los días.

@Olmosarcos_