Máscaras escribe Jesús Olmos
Lo que ocurre en la alcaldía Cuauhtémoc de la Ciudad de México, encarna uno de los fenómenos más dramáticos de pérdida de identidad en el México actual.
Lo que aquí se describe no puede ser otra cosa que un ataque al corazón del habitante de a pie, con un enfoque clasista.
Es una nueva manera de pisotear a los que menos tienen en afanes de mostrar un supuesto orden.
De la mano de Sandra Cuevas, una panista del ala ultraconservadora, La Cuauhtémoc ubicada en el corazón de la capital del país, se encienden las alarmas por los tintes autoritarios de quien pretende y sueña con volar a la jefatura de Gobierno.
El programa contra el arte urbano en el municipio, es un atentado contra las raíces de un pueblo al que se ve que desconoce.
Para la edila, lo popular es indeseable y sucio, no de buen gusto, como lo que gozan las élites a las que pretende conquistar.
Para Sandra Cuevas, una alcaldía bella y limpia es una alcaldía en la que no existe gente pobre, ni indigentes y que no tiene cultura propia. Primero es lo que se ve bonito y luego lo que nos hace únicos.
Un día golpea a policías, otro arma escándalos en una escuela; la mujer que Gobierna esta zona de la capital vive de la estridencia, más que de los resultados.
El show es su modelo de gobernar. Un día se viste de policía al estilo del calderonismo o se pone overol para pintar todo de azul al estilo morenovallista, porque para su Gobierno la forma, sin fondo, lo es todo.
Es preciso recordar la relación insana que encarna con su antecesor, el morenista y aspirante presidencial Ricardo Monreal, a quien poco le incomodan los aplausos de la panista que se precis de haber desterrado a los "Bejarano-Padierna", y con quien, a pesar de ser de partidos opuestos hay cierta cercanía que raya en la complicidad.
En suma, se deja ver con aliados poco éticos, con pasado y trasfondo de la peor calaña en este país, como el poblano Javier Lozano Alarcón.
Por igual, Sandra teje lazos con golpeadores mediáticos profesionales que con agrupaciones con claros intereses económicos para algún día cobrarles el favor y enarbolar sus “causas”, que claramente no son las de todos.
La Cuauhtémoc vive momentos funestos para los que, ejercicios como la Revocación de Mandato, fueron hechos y existen en la Ley.
@Olmosarcos_