Parabólica.mx escribe Fernando Maldonado
El sitio está lleno de deficiencias, en el diseño, trazo y ejecución: hay placas de piedra quebradas, hechos añicos; muchos de las fantasmas de concreto lucen rotos, golpeados por la impericia de los choferes de la zona; las cuarteaduras asoman hasta casi imposible tener el número preciso de esas, señales inequívocas del trabajo mal hecho sobre el arroyo vehicular o banquetas.
Materiales baratos para una construcción que quiso ser ofrecida como la mejor acabada y duradera. Como el discurso de la eficiencia y la honradez del pasado, quedaron exhibidos por una realidad tangible y contrastante.
No sólo no consiguió el propósito original, sino al contrario, fue puesto al escrutinio como un trabajo en el que se privilegió la improvisación, el negocio particular y la redituable ganancia para amigos de los hijos del poderoso.
No es la obra del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles en Santa Lucía que alimentó la picaresca y el clasismo de los odiadores de la 4T, sino el resultado final del trabajo de “rescate” de la avenida Juárez que en enero de 2018 requirió más de 107 millones de pesos
Mala copia de lo realizado en Polanco en la capital del país, el área conocida como la Zona Esmeralda de Puebla, luce gris, llena de concreto impersonal y plagada daños de todo tipo.
En las imágenes de la inauguración están algunos de los más convencidos impulsores de las campañas de odio en contra de las figuras centrales y legítimas del Movimiento de Regeneración Nacional, beneficiarios de un periodo cleptocrático inconfesable.
Uno de ellos, clave, Xavier Albizuri, arquetipo del improvisado servidor público, proyecto joven del grupo de Gali que jugó a ser legislador federal y que ahora se evade de la justicia poblana en un lugar de ensueño en Madrid.
No son más de 30 metros lineales sobre la emblemática Avenida Benito Juárez en la capital de Puebla. El tramo se hace a pie, eso si es que el mal trazo, deficientes materiales y exceso de concreto levantado lo permiten.
Es una de las obras con las que se distinguió el fugaz gobierno de Antonio Gali Fayad, un priísta converso al panismo cuando la incestuosa relación bipartidista no adquiría carta de naturalización como en realidad sucedió en la elección presidencial de 2018 y 2021.
Se puede tomar como ejemplo casi cualquier espacio de esa avenida. Por ejemplo la esquina de la 19 Sur y la Juárez. Un sitio en que comienzan a asomar con timidez cafés, restaurantes y bares luego del penoso periodo de confinamiento, restricción de horarios y aforos por la pandemia.
Son las deficiencias de una obra pública sobre una de las más bellas avenidas de la capital que hiede a moche, tranza o arreglo por debajo de la mesa.
Nadie entonces dijo nada porque pertenecían a la misma clase, como ahora vocifera n por lo realizado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Se fueron y tras de si la incontestable idea de incapacidad para hacer un trabajo digno en una calle de un poco más de un kilómetro, pero fulminan con ira lo realizado por el grupo político que los despojó del jugoso negocio de la cosa pública.
Ahora se entiende porque el aserto aquel: la oposición está moralmente derrotada.
@FerMaldonadoMX