parabolica.mx escribe Fernando Maldonado
Lo que las bancadas de oposición produjeron, además de la primera derrota en el plano legislativo y político al Presidente Andrés Manuel López Obrador y sus operadores en San Lázaro, trajo otras lecturas, obligadas a la luz del anticipado proceso de 2024.
Si el hecho de que tras la larguísima sesión de domingo de resurrección permitió el resurgimiento de los grupos parlamentarios que sin tino ni ritmo habían expresado oponerse a diversas disposiciones provenientes de la 4T en el pasado, también propiciaron otros escenarios.
En la vida como en la política, a toda acción corresponde una reacción. Es el caso de lo sucedido en esa jornada previa al lunes en que como había anticipado el propio Presidente, una nueva disposición legislativa para nacionalizar el litio, recurso energético de enorme aprecio en el mundo moderno, las comunicaciones y las plataformas digitales.
Puebla junto a otras seis o siete entidades del país tiene yacimientos notables de ese recurso previsto en el documento que la víspera fue aprobado en San Lázaro, el mismo espacio en el que los diputados de Morena y sus aliados no pudieron conseguir los suficientes votos para darle viabilidad jurídica a la propuesta de modificación constitucional de la Ley Eléctrica.
Y es que si el domingo fue la resurrección las bancadas de oposición frente al poder omnímodo de López Obrador, siguiendo la liturgia de la Semana Santa, también lo fue para el senador Alejandro Armenta Mier, primo de Ignacio el coordinador de los diputados federales del grupo mayoritario.
Si la pérdida en San Lázaro fue el peor momento para las aspiraciones de uno, será el momento más luminoso de las últimas semanas para el otro, por cálculo elemental: Armenta Mier fue el primero y único en promover como extraviado en el desierto, la nacionalización del litio.
Pasaron largos meses para que desde Palacio Nacional voltearan a verlo pasar con su iniciativa debajo del brazo, mientras que como repartidor de atalayas promulgaba por todos los espacios posibles su idea de evitar que empresas de capital extranjero se llevaran ese recurso del que ciertamente, pocos tienen información.
Hábil cómo suele ser deberá aprovechar la coyuntura que lo colocó en el Senado de la República como el primer promotor de nacionalizar el litio ahora que el documento fue aprobado por la mayoría de diputadas y diputados en San Lázaro.
Será difícil que en el futuro inmediato tenga un escenario tan provechoso para sus aspiraciones pues en el fondo, la idea de enviar esa nueva iniciativa desde la Presidencia de la República no es sino recurso político para hacer contención tras el tropiezo político que resultó la jornada del domingo.
No es extraño que ante el cálculo y prospectiva que prefiguraban un fracaso en el ámbito legislativo se recurriera a un recurso como el del litio para establecer mecanismos de control de daños. Sólo iniciados en el ejercicio del poder lo habrían previsto y ni Alejandro Armenta lo pudo prever, pero ya tiene el balón en su cancha.
Deberá calcular bien sus próximos movimientos antes de reflejar lo que tanto ha cuestionado el líder de la Cuarta Transformación: que no es un vulgar ambicioso en busca de un cargo.
@FerMaldonadoMX