parabolica.mx escribe Fernando Maldonado
El video en el que se observa tambaleante, notoriamente ebria en lo que parece un lienzo charro a Yazmín Castillo Onofre, alcaldesa del municipio de Ahuehuetitla, describe con precisión inobjetable la condición que prevalece en un número creciente de rincones de la geografía poblana.
Según la narrativa del material en redes, la presidenta del municipio vecino a Acatlán de Osorio, bebía despreocupada, exhibiéndose sin pudor en medio de una crisis de seguridad en la región que se ha agudizado.
Unos días después de esa noche de fiesta, en el municipio vecino era emboscado y ejecutado el director de seguridad pública, Héctor García Alvarez, junto con su esposa, que motivó la movilización de las fuerzas de seguridad del estado y la Guardia Nacional.
Nada parece sacar del marasmo y obsolescencia a las autoridades municipales, que se muestran ausentes, ajenas por voluntad o negligencia cómplice frente a los acontecimientos criminales que colocan a Puebla en el plano nacional.
Este fin de semana fue la presidenta municipal de ese municipio en la Mixteca poblana, pero hace dos años y días fue la presidenta de Huejotzingo, Angélica Alvarado que este domingo volvió a aparecer muy oronda al lado del gobernador Miguel Barbosa para cortar el listón inaugural del Mercado Hermanos Serdán en el que el gobierno de Puebla invirtió más de 42 millones de pesos.
La expanista edil de ese lugar apareció sonriente para la foto bajo la máxima del clásico del priismo rancio del eternizado dirigente cetemista Fidel Velázquez Sánchez que acuñó la oración aquella de quien se mueve no sale en la foto.
Alvarado fue disciplinada y lisonjera con el mandatario y su esposa, Rosario Orozco Caballero este domingo, pero en febrero de 2020 propició la mayor afectación social y política producto de su conducta omisa, arrogante y displicente frente a lo excesos como la ingesta de alcohol y violencia cometidos en el tradicional carnaval de ese municipio.
La tragedia del asesinato múltiple de tres estudiantes de medicina de la UPAEP y la Buap, así como al joven que conducía el Uber que les proporcionó el servicio, sumergió en una profunda crisis a las autoridades estatales, abrió un frente con la comunidad estudiantil universitaria y permitió a la derecha intentar sacar ventaja política.
Como la edil de Ahuehutitla, la de Huejotzingo ni por aludida se llamó tras la tragedia en el municipio que ahora gobierna por segunda vez, después de que ella misma ha formado parte de las francachelas y excesos en las fiestas carnestolendas, de las que la comunidad de ese municipio sabe y comenta.
En una conversación que el autor de la Parabólica tuvo con el ahora mandatario, previo al inicio de su segunda campaña en la elección extraordinaria de 2019, confesó al reportero la inconveniencia de no haber acompañado a ediles -hombres y mujeres- que habían obtenido el triunfo en la contienda constitucional de 2018 en los procesos de diseño de estrategia de seguridad y nombramientos de sus respectivos equipos, ante el notable incremento de la criminalidad.
A Barbosa Huerta le habían regateado el triunfo en las urnas, que ratificó en 2019 pero aún ahora, esa condición del pasado con omisiones y ausencia de coordinación parece ser la constante frente a la hipocresía criminal de no pocos ediles del interior.
@FerMaldonadoMX