Parabólica.MX por Fernando Maldonado
Hace tiempo que la imparcialidad de Edgar Garmendia como árbitro en el proceso de elección de candidaturas de Morena en Puebla está en duda.
Existen pruebas documentales de la cercanía del dirigente de ese partido político con el diputado José Juan Espinosa, el lenguaraz opositor a la Cuarta Transformación echado a la calle por su probada afinidad al dinero público.
Una imagen de cuenta de ella y confirma que existe una acción concertada entre diversos liderazgos que buscan disputar una trozo del control político del partido que tiene la más alta aceptación entre el electorado rumbo a la elección de 2021.
Garmendia, quien apenas este fin de semana hizo saber que tras la publicación de la convocatoria del Comité Ejecutivo Nacional de Morena a diputaciones locales y presidencias municipales dijo que habría una actuación bajo principios de “equidad de género, inclusión y de forma totalmente democrática” está en medio de un evidente conflicto de interés.
En la fotografía mostrada al autor de la columna aparece alegre, junto a todo el equipo que acompañó a José Juan Espinosa cuando edil pues él mismo era “aviador” en la gestión cholulteca.
El vínculo por un vulgar apoyo económico no sólo lo compromete como imparcial árbitro, sino en una parte interesada.
Al mismo tiempo da cuenta de que el discurso por la “cuarta transformación” de la vida pública, como ha proclamado Andrés Manuel López Obrador no es más que dogma en medio del oportunismo.
Ahora el dirigente de Morena se encuentra en el mismo plano que Claudia Rivera, la presidenta municipal que buscará la reelección; Alejandro Armenta, el senador interesado persistentemente en influir en el proceso.
En esa lista de probados saboteadores aparece también Fernando Manzanilla, el diputado federal que complota contra todo equipo político en el que se incrusta.
La columna Piso 17 de Álvaro Ramírez pone al descubierto la torpe operación desplegada en la sierra norte por un alfil de mala reputación como Francisco Ramos Montaño para ofrecer candidaturas por el partido confesional de Hugo Eric Flores, un manipulado dirigente por Manzanilla, el supuesto “gran operador” que devino en caricatura de si mismo, como Garmendia, leal al puñado de monedas que recibió de JJ, el otro impostor.