El sexo como negocio

El sexo como negocio
Fernando Maldonado
Parabólica

parabolica.mx escribe Fernando Maldonado 

Además de ser una diminuta planta que bajo procesos químicos ayuda a tratar la disfunción eréctil, Tribulus es el modelo de negocio de alta gama en el que incursionó desde hace un año el empresario de giros negros, Javier Milián, protegido de Arturo Rueda, a quien la Fiscalía General tiene recluido en el penal de Tepexi de Rodríguez por los presuntos delitos de operaciones de recursos de procedencia ilícita y extorsión.

Como en los otros negocios de ese mismo segmento de entretenimiento para adultos (40 Grados y Mamitas, recién clausurados), en el local inaugurado en medio de la pandemia el año pasado, el modelo de negocio gira en torno al sexo.

El 11 de junio de 2021, en un desplante de exceso y soberbia, el director editorial del periódico Cambio y socio del político Ignacio Mier Velazco, ofreció a través de su cuenta de Twitter una mesa para cuatro personas “con chupe gratis” para la apertura de Tribulus, dispuesto en una de las zonas más conservadoras de la ciudad, la colonia Huexotitla.

La narrativa en la conducta del imputado de delitos no tiene pierde porque evidencia la sociedad del director de un medio de comunicación con la política y los giros negros, fuente siempre de prácticas discutibles y delictivas.

“’Tribulus’ patrocinador oficial del noti Rueda (el espacio desde el que denostó a toda la clase política y retó al gobernado Miguel Barbosa en la víspera de su detención el 21 de mayo) me regala una mesa…”, dijo exaltado en el mensaje de Twitter de hace un años, que aún puede ser consultado (https://twitter.com/nigromanterueda/status/1403475923954016260?s=21&t=nDrJNQX7I7bySKUrIbRPVw).

La publicación en la cuenta de Instagram del establecimiento que patrocinó el programa de quien firmó sus columnas como Nigromante, se ofrece como “el mejor lugar de cortes de carne de la más alta calidad. Hermosas hostess que harán de tu estancia sea inolvidable”.

El post de este lunes ofrece una promoción que no deja lugar a la imaginación: “Come todo lo que puedas por $299”, y lejos de ofrecer una carta, un platillo peculiar: una mujer con entallado vestido de color rojo encendido, escote turgente y labios carnosos.

“El lunes se debe empezar con el pie derecho, comiendo algo rico y pasándolo delicioso…”, dice otra publicación reciente acompañada de una chica que baila y contonea con pantalón entallado y blusa ombliguera con hombros desnudos.

No era la primera vez que el inquilino del penal de Tepexi de Rodríguez recibió dinero de empresarios de dudosa reputación y práctica pública engañosa. Como órgano de propaganda sirvió en más de una ocasión para divulgar mensajes contra grupos rivales.

El 23 de octubre de 2020, desde las páginas de ese mismo medio de comunicación, acusaron a otros empresarios de promover reuniones a puerta cerrada para burlar el decreto confinatorio ante el riesgo mortal por la llegada de Covid-19.

No hace mucho, un hombre de negocio poblano fue invitado por un proveedor de la Ciudad de México para degustar “las carnes” del Tribulus. Declinó por una sospecha que se extiende: las grabaciones obtenidas de lo que hacen sus comensales son utilizadas después, según la conveniencia, perfil del cliente o mejor postor.

 

@FerMaldonadoMX