Parabólica escribe Fernando Maldonado
Las expresiones de violencia política en la disputa electoral pasaron de un mal presagio a una realidad en las últimas horas. Puebla ya ocupa el séptimo sitio por el número de ataques en el contexto de la disputa electoral, estima un estudio realizado por Etellekt Consultores, publicado recientemente.
En 2018 ocurrieron 774 eventos violentos a nivel nacional, y es probable que esa cifra, de la que la capital poblana destacó el 1 de julio de ese año, sea superada en el proceso rumbo al 6 de junio, estimó el análisis. Sólo superan a nuestro estado Veracruz, Oaxaca, Guerrero, Guanajuato, Baja California y Morelos, establece este estudio.
Por lo menos tres de los competidores por una responsabilidad política han vivido en las últimas horas momentos de tensión, persecución e intimidación de los que no hay aún detenidos, pero sí denuncias ante la Fiscalía General del Estado.
El más reciente, el ocurrido en un tianguis en el sur de la ciudad que involucró al candidato de Morena, José Antonio López Ruiz, perseguido, hostigado y agredido por quienes parecen ser golpeadores de Antorcha Campesina.
Fue la extensión de una conducta encaminada a intimidar al equipo de quien compite por la diputación a Soraya Córdova Morán, hermana del fundador del antorchismo y símbolo del “golpismo”, como instrumento de presión de diversos gobiernos.
El miércoles 12, un grupo de brigadistas de Toño López fue privado de la libertad, les arrebataron sus teléfonos celulares para evitar que quedara evidencia gráfica, y luego semi desnudados obligados a “pasear” por el sur de la ciudad.
En un intento de deslinde el movimiento antorchista, sin más recursos que una deficiente línea discursiva, terminó por admitir la existencia de esa agrupación en el mercado popular en el que ocurrió la confrontación del domingo pasado.
No ha sido el único que mete presiones adicionales y señales ominosas en el inicio de la penúltima semana de la contienda antes de llegar a la elección del domingo 6 de junio.
El viernes 14, una joven activista como Adriana Lezama –del Movimiento Ciudadano- y su equipo fueron perseguidos por un comando armado a bordo de tres vehículos cuando realizaba actividades de campaña, como abanderada en el distrito 10.
No hay aún indicios claros de lo que pudo haber sido un intento de secuestro o levantón de Lezama, pues se encuentra alejada de toda actividad política y vínculo con grupos de presión, a diferencia de otros contendientes.
En la persecución pudieron advertir la existencia de armas de grueso calibre en manos de los asesores que portaban chalecos antibalas y una característica adicional: tenían corte de pelo tipo militar.
El dirigente del MC, Fernando Morales, posteó desde su cuenta de Twitter la denuncia presentada ante la FGE por lo sucedido el mediodía del viernes pasado, en un contexto extremadamente grave: en Cajeme, Sonora, había sido ejecutado el candidato del mismo partido a la presidencia municipal, Alberto Murrieta, abogado de la familia LeBarón, víctima de la delincuencia organizada
En Tulcingo del Valle, un candidato a diputado local por el Verde, Humberto Bolaños, fue exhibido en un video al momento de provocar una riña con brigadistas de Morena en aquel municipio, que dejó como saldo una persona lesionada y convulsionada en el mercado municipal.
La recta final de las campañas estará marcada por una presión creciente. Un acuerdo político de todos los involucrados permitirá cuidar de este proceso, que pertenece a todos.
@FerMaldonadoMX