Piso 17 escribe Álvaro Ramírez Velasco
La Máxima Casa de Estudios del estado de Puebla ha recuperado, apenas en unos días, con sus nuevas autoridades, el sitio que le corresponde entre la comunidad poblana, más allá del propio contexto universitario, de las aulas y de los espacios inherentes de debate y la academia, que docentes, trabajadores y alumnos han construido dignamente por encima de sus representantes del pasado.
La rectora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), María Lilia Cedillo Ramírez, puede coincidir hoy, sin titubeos y sin condiciones, en las ceremonias del poder, porque no tiene un doble juego político, ni busca hacer de la institución su trampolín.
También, porque habla de la BUAP, de su comunidad y de sus necesidades y proyectos, y no recita ante los reporteros monólogos en primera persona sobre su futuro y sus posibilidades de saltar a otros encargos.
Estuvo María Lilia Cedillo en Tehuacán, el miércoles de la semana pasada, convidada a la misma mesa por el gobernador Miguel Barbosa Huerta, para el arranque de Temporada del Mole de Caderas.
Y la verdad es que se le vio muy cómoda, a pesar de que en el mismo acto estuvieron políticos de profesión y también algunos profesionales de la política, para saborear el mixteco platillo ancestral de chivo cebado.
Los reporteros la abordaron y los atendió con sencillez. Habla de la BUAP, ante todo. En esa tarde en Tehuacán el tema central fue el regreso a las clases presenciales y la coordinación con las autoridades de la capital poblana y de otros municipios.
Fue la primera vez que la rectora, ya con esta investidura, estuvo en un acto del gobierno del estado y, del otro lado, el gobernador, su esposa, algunas dueñas de medios de comunicación, con quien le tocó compartir la cercanía a la doctora Cedillo, también se sintieron a gusto con su plática y su trato.
Insisto: eso se puede dar, afortunadamente, porque ella no es candidata a nada, pero, sobre todo, porque no es candidata de nadie.
Luego, el domingo también en su carácter de rectora de la BUAP, María Lilia Cedillo Ramírez estuvo en la inauguración del Corredor de Ofrendas Metropolitano, que, en la capital, como primer punto, encabezó el alcalde Eduardo Rivera Pérez, quien convocó a secretarios estatales y a sus pares de la zona conurbada.
Participó como oradora y luego vinieron las entrevistas y, de nuevo, habló de la BUAP y de nada más.
Adelantó que habrá una revisión el próximo año a los perfiles de los docentes y de los trabajadores, para darles el justo ascenso a quienes merezcan escalar.
También dijo que recibe una institución con estabilidad, en los rubros académico, político y económico. Llamó Lilia Cedillo a la comunidad para que trabaje en la consulta del Plan de Desarrollo y participe en la renovación del Consejo Universitario: “invitamos a todos los universitarios a que participen en este ejercicio de democracia”.
La BUAP también ha revivido, para tomar el lugar que le corresponde en la vida institucional y social de Puebla. Ya no está secuestrada ni es rehén.
La institución ya no es falso escudo, para victimizarse y ocultar presuntos delitos. Qué bienaventurado que así sea.
@Alvaro_Rmz_V