El aullido de los coyotes

El aullido de los coyotes
Alvaro Ramírez
Piso 17

Piso 17 escribe Álvaro Ramírez Velasco 

Los falsos defensores del campo, personajes de un pasado rancio que se beneficiaban con tajadas de los programas agropecuarios gubernamentales, pretenden presionar a los gobiernos federal y estatal para, con absoluto descaro, reeditar el esquema de “cuotas de apoyos”, con que se enriquecieron en el priato y el morenovallismo.

Este martes, organizaciones de simulada militancia, que ofrecen servicios electorales en los tiempos de campañas, lanzaron amagos, agrupados en el Frente Agrarista Poblano (FAP), que ni es frente, ni es agrarista, aunque sí es poblano.

Sus integrantes convocaron a las 8:00 horas de este miércoles a tomar las instalaciones de la Secretaría de Desarrollo Rural (SDR) estatal y las oficinas de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) federal, vecinas en un mismo terreno al norte de la ciudad.

Se trata de personajes de viejo y negro historial, algunos que incluso tienen vinculación en procesos abiertos en la Fiscalía General del Estado (FGE) y en la Auditoría Superior del Estado (ASE), precisamente por haber recibido recursos públicos que luego no reportaron en acciones o en obras a los campesinos que aseguran que representan.

Son Magdaleno Ríos, de “El campo no aguanta más”; Antonio Barrera Evangelista, del Congreso Agrario Permanente Poblano (CAPP); Cirilo Miguel Sebastián, de la Coordinadora de Organizaciones Urbanas y Campesinas; Antonio Herrera Delgado, de la Central Campesina Cardenista, y Miguel Santiago, del Consejo Nacional Independiente de Campesinos de México.

(Antonio Barrera Evangelista, por cierto, es un tema para una próxima entrega, porque es primo-hermano del diputado local morenista, Carlos Alberto Evangelista Aniceto, quien está acusado formalmente de vender, como delegado de la dirigencia nacional, candidaturas de Morena en el pasado proceso y también en sus tiempos como perredista, de haber sido un “gestor” agrario que fue acusado de pedir moches).

Todas esas organizaciones, luego de la caída del priato, quedaron sin membresía importante y se reducen casi a clubes familiares, aunque en distintos momentos han coqueteado con la Cuarta Transformación (4T) ofreciendo “apoyo electoral”.

Si alguno de ellos, nos dice una fuente, “llega a tener tierra en las manos, no es por que trabajen los surcos, sino porque son desaseados”.

La lista es larga, pero, para resumir, lo que quieren y han pedido, sin que se les haya concedido, pues ahora los apoyos se entregan directamente en la mano de los productores, es una tajada del pastel de los apoyos.

¿Cómo funcionaba con ellos el esquema de cuotas?

Sencillo: pedían, por ejemplo, mil apoyos para el mismo número de beneficiarios de varios programas. Ellos ponían proveedor. Ellos ingresaban las solicitudes. Y ellos repartían los apoyos.

Por supuesto, siempre eran los ganones: entregaban lo que querían, si es que algo salpicaban a los campesinos.

Eran pues, como se les conoce coloquialmente “coyotes”, que a costa de los más pobres del estado andaban en camionetones de lujo y comían en restaurantes caros.

Pero lo peor es que, a veces, ni siquiera existían los beneficiarios. Eran simulados, inventados, falsificados, como les guste llamar.

Luego de las décadas de lucrar con mucho éxito en los gobiernos priístas y panistas, se quedaron acostumbrados a eso: a gritar, a pedir, a presionar.

Son de otro tiempo, uno muy corrupto y muy oscuro.

Pero todos ellos, eso sí, tienen largas colas que les pisen. No mencionaré exactamente a quién corresponde cada presunto delito, pero ellos se reconocerán en las siguientes líneas:

Inversiones autorizadas sin ejecutar a ciento por ciento, tales como Centro de Acopio de Leche, invernaderos y maquinaria agrícola.

Cobro por otorgar vivienda a sus agremiados.

Proyectos de Componente Proyectos Productivos (FAPPA), de ganadería que no fueron no ejecutados.

Maquinaria que recibieron, pero no entregaron a los verdaderos beneficiarios.

Hasta ahí les dejamos la tarea.

 

@Alvaro_Rmz_V