Rubén Moreira, el bocaza del banderín morenovallista

Rubén Moreira, el bocaza del banderín morenovallista
Alvaro Ramírez
Piso 17

Piso 17 por Álvaro Ramírez Velasco 

Prácticamente desde el día mismo del fallecimiento de Rafael, aquel 24 de diciembre de 2018, nadie en el Partido Acción Nacional (PAN) hace evocación política alguna sobre el morenovallismo. El desprestigio de ese régimen es descomunal en Puebla y se lee así también en muchas otras partes del país.

Basta ver que, al gobernador en proceso de desafuero de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, uno de los temas que mediáticamente más se le achacan como una mancha es la cercanía que tuvo con Rafael Moreno Valle Rosas, el apoyo ilegal que recibió desde nuestro estado y el padrinazgo que el finado les dio a manos llenas.

El morenovallismo, lo sabe cualquier político que apenas sea un párvulo de la actividad, es un estigma, porque se refiere a esa etapa oscura de corrupción, persecución, muerte -ahí está el caso Chalchihuapan- y abusos que vivió Puebla durante 8 años.

Actualmente, ni siquiera los otrora beneficiarios de ese régimen lo mencionan. Se deslindan, como en su momento lo hizo Mario Gerardo Riestra Piña, quien ahora es candidato del PRI-AN-PRD a una diputación federal de mayoría relativa.

Ni su hermano Rodrigo, ex secretario de Desarrollo Rural y hoy próspero agroempresario mezcalero (esa es otra historia que pronto aparecerá) anda por ahí glorificando al morenovallismo.

Los panistas de cepa lo desprecian, porque muchos de ellos, como la icónica y valiente Ana Teresa Aranda -hoy candidata a diputada federal-, fueron perseguidos, acosados, amenazados y hasta encarcelados algunos por el fallecido político.

Decir que el hombre que murió al caer el helicóptero en que viajaba fue “un gran gobernador” no solamente es un error estratégico, de apreciación, de valores y de moral, sino que es un yerro grave de esencia política y de ideología.

El priísta Rubén Ignacio Moreira Valdez, hoy diputado federal y ex gobernador de Coahuila, seguramente no sabe todos los saldos negativos que dejó el morenovallismo.

Aún peor es que, en su supina ignorancia, no alcance a ver que Moreno Valle Rosas sometió al PRI poblano por años, persiguió a sus verdaderos militantes, encarceló a muchos de ellos y luego lo llevó a la ignominia al utilizarlo a su antojo.

Moreira Valdez seguramente ignora que muchos de los candidatos de su partido y también del panismo, que junto con el PRD conforman la Alianza Va Por México, en la elección federal, combatieron con dignidad al ex gobernador.

El coahuilense que dejó montañas de pendientes y acusaciones de corrupción en su gestión como mandatario no se ha tomado siquiera la delicadeza de revisar la historia reciente de Puebla.

Sólo así se explica que haya venido este miércoles, como representante del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del tricolor, a la presentación de los candidatos a legisladores federales de Puebla, a glorificar estandartes siniestros.

Los rostros de los 15 candidatos y candidatas a San Lázaro, incluso con los cubrebocas, evidenciaron miradas de azoro, cuando Rubén Moreira evocó al morenovallismo y en la conferencia de prensa en un céntrico hotel, pidió “un aplauso para Rafa”.

A Moreira lo siguió el representante del PRD también glorificando al morenovallismo, pero como es un personaje tan menor, en realidad no merece mayor mención.

El desatino de Rubén Ignacio es síntoma grave y notable del extravío ideológico de la coalición de partidos tan distintos, como PRI, PAN y PRD.

Fue tan obscenamente abyecto el gesto de Moreira al alabar al morenovallismo, que ni el representante del CEN del PAN -partido de Moreno Valle Rosas-, se atrevió a mencionarlo en su turno a la voz, ni en las siguientes oportunidades.

Con eso se dice todo.

 

@Alvaro_Rmz_V