Piso 17 escribe Álvaro Ramírez Velasco
Como pinta el actual proceso y de acuerdo con las proyecciones más serias, Andrés Manuel López Obrador consumará con la actual elección federal el sueño de todos los presidentes que siguieron al priato hegemónico: tendrá nuevamente en la Cámara de Diputados una mayoría calificada, las dos terceras partes de las 500 curules, que le permita realizar todas sus reformas, incluso las constitucionales, sin ninguna resistencia aritmética; un control total del Poder Legislativo.
Desde la LVII Legislatura (1997-2000), en la segunda mitad del sexenio del priísta neoliberal, Ernesto Zedillo Ponce de León, ningún mandatario ha contado siquiera con la mayoría simple, la mitad más uno de los votos, por lo que han debido cabildear y negociar con una oposición robusta y empoderada.
También, hasta antes de aquella legislatura, ningún presidente ha podido acrecentar la bancada de su partido en las elecciones intermedias.
La próxima LXV Legislatura (2021-2024) tampoco será la excepción exclusivamente en este dato, pues se espera que el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) pierda algunas curules.
Sin embargo, el Presidente de la República, en cambio, podría terminar incrementando el número de diputados afines.
Me explico: con la alianza Juntos Hacemos Historia (Morena, PT y PVEM), el lopezobradorismo debió ceder más candidaturas a sus partidos aliados que en 2018.
Pero igual, la marca está en alta ponderación entre los ciudadanos. Es decir, ganará de todos modos, pero ahora en una versión más multipartidista.
Actualmente, la Cámara de Diputados tiene 334 diputados y diputadas lopezobradoristas, la mayoría calificada exacta.
De ellos y ellas, son 256 de Morena, 47 del PT, 20 del PES y 11 del PVEM.
La próxima integración se proyecta con menos diputados de Morena (241 de acuerdo con la consultoría Oráculos y el diario “El País”), pero habrá más de los otros partidos, incluidos los nuevos con afinidad al mandatario.
Ningún presidente, solamente con su partido o en alianza, ha tenido esa ventaja que tendrá ahora Andrés Manuel, después de la era el priato totalitario.
Mucho se ha especulado que la ampliación del periodo de Arturo Zaldívar como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) es un ensayo de lo que luego podría ser un proyecto así aplicado al tabasqueño.
Lo cierto es que, López Obrador, tras esta elección, tendría los votos en las dos cámaras para una aventura legislativa así.
De acuerdo con “El País”, en su reportaje “Las encuestas confirman el dominio de Morena en la Cámara de Diputados en las elecciones de junio”, en el que hace una proyección de las encuestas, López Obrador se apoderará de San Lázaro y ya tiene, de por sí, la mayoría absoluta en el Senado de la República.
Las potenciales preferencias electorales, en el concentrado que hace la firma Oráculos en este reportaje, también lo perfilan: Morena cuenta con 44 a 47 por ciento; mientras la alianza Va por México (PRI, PAN y PRD), no superan 38 por ciento, sumados los tres partidos.
Todo está servido para pasar del régimen solamente personalísimo, al régimen personalísimo y absolutista. Cotejemos proyecciones el 6 de junio por la noche.
@Alvaro_Rmz_V