Piso 17 por Álvaro Ramírez Velasco
Con la remoción de Héctor Sánchez Sánchez y de todos los funcionarios que conformaban su gavilla en el Poder Judicial del estado de Puebla, podrá venir ahora también la limpieza expansiva a otras esferas en las que el esposo de la diputada local Mónica Silva Ruiz, y ella misma, metieron la mano, colocando a recomendados y familiares.
Comencemos por los segundos: da la impresión que ahora que se trata de erradicar la presunta corrupción y castigar los supuestos delitos que cometió Sánchez y su banda, debiera también salir como director general de la Policía Auxiliar, Hugo López Silva, quien es primo de la diputada local y fue propuesta directa de Héctor, cuando en su simulación ofrecía confianza, aunque era parte de un juego doble.
La tarea de dirigir la Policía Auxiliar estatal es muy delicada, porque requiere de personas de honestidad probada y que no tengan conflictos de interés, ni sospecha de que reportan, en lo material y en lo moral, a otros intereses que no sean los de Puebla.
Esa corporación presta servicios de seguridad a particulares, es su función, con los que contrata directamente. Por ello, genera importantes recursos que debieran, ¡debieran!, ser reportados a las arcas estatales.
¿Qué pasaría si no ha ocurrido así bajo la dirección de Hugo López Silva? Sería un delito, sin duda.
Además, con todo lo que ha ocurrido en el Poder Judicial estatal y todo lo que todavía saldrá a la luz, que es descomunal (no vamos ni a la mitad), nadie que sea directamente recomendado y relacionado con Sánchez y Silva, pueden garantizar pulcritud.
Pero hay más y peor: el actual titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) estatal, Daniel Iván Cruz Luna, fue recomendación directa de Héctor Sánchez Sánchez, el esposo de Mónica, de aquellos tiempos en que fingía corrección política.
Daniel, antes de la SSP fue juez y, antes de la llegada de la actual administración estatal, fungió como coordinador de los Juzgados de Oralidad Penal y de Ejecución, del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), por designación de Héctor.
Un tema que también debe revisarse a fondo, por lo mal que se ve, es la relación de presunto parentesco entre la diputada local Mónica Silva Ruiz y Rodolfo Ruiz Rodríguez, dueño del portal e-consulta.
Hay quienes aseguran que hay un vínculo como primos, otros que solamente se trata de franca conveniencia, en la que también entra Héctor.
No tendría nada de raro ni complicado, de no ser porque de muy extraña manera, los casos contra Ruiz Rodríguez, apodado ahora como Nigromante Ruiz, por su cercanía con Moisés Ignacio Mier Velazco, con méritos suficientes por daño moral, no avanzan o, a punto de obtener un dictamen en su contra, inexplicablemente se tergiversa el proceso.
La narrativa que relaciona a Rodolfo con Mónica y Héctor tiene una incontrovertible prueba: Ruiz Rodríguez, tan proclive a la difamación, jamás ha tocado ni con el pétalo de una leve crítica a la pareja. Es más, los halaga.
Sus espacios y su portal se convirtieron, previo a la aprobación de la Reforma Judicial, en los voceros oficiosos de Sánchez, con el intento de sembrar dudas, todas pueriles e insustanciales, sobre los beneficios de la entonces iniciativa, que luego el Congreso local aprobó por unanimidad.
Y un dato más: en un pleito entre particulares, el referente a Plaza Etérea, ubicada en la vía Atlixcáyotl, el dueño de ese portal se ha sumado como un litigante de medios a favor de la familia de Tony Gali Fayad, alias “El Tony”, y el defenestrado presidente del TSJ, Héctor Sánchez.
¿Raro? No. Clarísimo.