Piso 17 escribe Álvaro Ramírez Velasco
A pesar de los yerros con que se fue avalada frast track en San Lázaro, que exhibieron al poblano Moisés Ignacio Mier Velazco, el coordinador de la fracción de Morena, como un analfabeta legislativo, el llamado Plan B de la Reforma Electoral está cumpliendo como eje de una estrategia política mayor, que encabeza el titular de la Secretaría de Gobernación federal, Adán Augusto López Hernández.
Con ella, el tabasqueño ha podido abrir dos frentes de batalla contra el bloque PRI-PAN-PRD, que perdió tiempo y energías en celebrar el rechazo a la reforma constitucional, como si de verdad fuera ganando, cuando en realidad está extraviado en el laberinto que les ha impuesto el mismo López Hernández, quien durante las últimas semanas prácticamente despachó, casi a diario, en la sede de la Cámara de Diputados.
El primer frente se establece al exponer a los “conservadores” -como los califica el Presidente Andrés Manuel López Obrador-, que en la narrativa “no desean concretar los principales beneficios de una actualización a la norma y a las instituciones electorales”. La Reforma Electoral constitucional, pues.
Hay que recordar que el bloque legislativo PRI-PAN-PRD en la Cámara de Diputados se atrincheró, para evitar que se prohibieran las tarjetas electrónicas de débito, con las que en procesos anteriores se han cometido la compra de votos. Quieren que sigan.
Otro punto al que se negaron fue a regular el voto a ciudadanos en prisión preventiva y enfermos en estado de postración, además de que dejaron en el limbo el mecanismo de participación en campaña de los legisladores que se separen del cargo, para participar en la elección consecutiva (reelección).
Adán Augusto es ahí en donde le metió estrategia fina. Si bien se perdió la votación, como de cualquier modo lo previó el tabasqueño, no cedió ni un milímetro de la narrativa que servirá de metralla en la guerra electoral.
La oposición, en su desenfrenado éxtasis contra el lopezobradorismo, pasó por alto muchas características de la reforma, que sí suman al desarrollo democrático del país. Panistas, priístas y perredistas, por rechazarla a priori, no vieron los puntos positivos del llamado “Plan B”.
Bien podrían haber realizado un voto negativo en lo general, pero en lo particular avalar puntos que, desde hace años y desde el discurso, ellos mismos han defendido.
De modo tal, que al suponer que van ganando, han dejado el balón en el terreno de Adán Augusto.
El tema aún debe pasar por el Senado y la negociación que el mismo secretario de Gobernación realizó desde este mismo lunes.
Hay una ganancia adicional. Al estar ahora la minuta en la Cámara Alta, en donde Ricardo Monreal tiene el control de la mayoría, será la oportunidad de ver si el zacatecano se define a favor de la Cuarta Transformación (4T) o es obstáculo.
Este puede ser el punto definitivo para el futuro del ex gobernador de Zacatecas: ¿seguirá en las filas de Morena o irá por la candidatura presidencial de la alianza Va Por México?
Adán Augusto, al fin de cuentas, hizo una jugada de tres bandas.
@Alvaro_Rmz_V