Piso 17 por Álvaro Ramírez Velasco
La sospecha, que para algunos es clara evidencia, de que el coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal Ávila, operó contra su partido, para hacerlo fracasar en la Ciudad de México, en donde perdió seis de las 11 alcaldías que había ganado en 2018, es suficiente para considerarlo un paria, al que hay que expulsar de la Cuarta Transformación (4T).
Lo grave es que pareciera que esa convicción viene directamente del Presidente de la República mismo, quien ha regresado a la Cámara Alta a uno de sus más cercanos colaboradores, para que haga contrapeso al zacatecano e, incluso, vaya por su cabeza (es metáfora), si las condiciones se presentan.
Me explico: este jueves, el poblano -hay quienes ubican sus orígenes en Tehuitzingo- Gabriel García Hernández renunció a la Coordinación General de Programas para el Desarrollo del gobierno federal, para volver a su escaño del Senado de la República, al que solicitó licencia en noviembre de 2018, para ocupar la oficina aledaña a la de Andrés Manuel López Obrador, en Palacio Nacional (no es metáfora, es literal).
Él manejaba todo: vacunas, becas, pensiones, apoyos, el enorme padrón de beneficiarios directos de más de 30 millones de mexicanos.
Gabriel, a quien algunos conocen como “El Monje Negro de AMLO”, por su habilidad como ejecutor, ha caminado de la mano del tabasqueño, desde que en su administración como jefe de Gobierno de la capital del país fue su director de Adquisiciones en la Oficialía Mayor.
Su regreso al Senado, en donde al principio del ejercicio fue considerado para ser el vicecoordinador del Grupo Parlamentario del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), anuncia que la guerra con Monreal y sus seguidores va muy en serio.
Pareciera que no va a ser tolerada la afrenta de haber presuntamente operado, aunque él lo ha negado con vehemencia ante los medios de comunicación, contra los grupos cupulares del morenismo, como el de María de los Dolores Padierna Luna, que fue derrotada en la alcaldía de Cuauhtémoc, la que gobernó Monreal de 2015 a 2017, y contra la presidenciable Claudia Sheinbaum Pardo, actualmente jefa de gobierno.
Monreal no lo ha entendido, pero él no es presidenciable a los ojos de Andrés.
El poblano Gabriel García se despidió este jueves, con una entrevista banquetera con la fuente que cubre Palacio Nacional, a las 15:00 horas, aproximadamente, apenas había salido de la reunión con el Presidente.
El mismo hoy ex jefe de los 32 súper delegados del país y quien, de paso hay que decir, tiene sueños presidenciales, fue quien se acercó a los reporteros y anunció su dimisión.
También, con falsa cortesía, Gabriel dijo que Ricardo Monreal ha venido realizando un “excelente trabajo” en el Senado, cuando en realidad pareciera que su espada lleva el nombre del zacatecano grabado y su cabeza deberá ser entregada como trofeo (de nuevo es metáfora).
(https://twitter.com/Alvaro_Rmz_V/status/1408308578163822597?s=20)
La pueril e inverosímil versión oficial es que su suplente, Alejandro Peña, quien ocupa el escaño desde finales de 2018, tiene un futuro encargo partidista. La verdad es que eso no lo imposibilitaría para ejercer como legislador.
En tanto, el ex gobernador de Zacatecas, ante las evidencias y las especulaciones, lanzó un acuse de recibo:
“El senador Gabriel García Hernández a lo largo de su actividad pública ha demostrado ser un profesionista de gran experiencia, inteligencia y vocación social. Le damos la bienvenida al grupo parlamentario cuando desee incorporarse; siempre será de mucha utilidad para la República”, escribió Ricardo a las 19:26 horas de este jueves, en Twitter.
Tras ello, Gabriel García grabó un mensaje en video, que subió a sus redes a las 21:08 horas, con el que agradece a su equipo de Siervos de la Nación, revela pasajes de la conversación que esa tarde tuvo con el Presidente, para revisar la eficiencia de los programas, y todo lo hace con el simbolismo de los bustos de José María Morelos y Pavón (a su derecha), el cuadro de Benito Juárez (a sus espaldas) y el busto del general Lázaro Cárdenas del Río (a su izquierda).
(https://fb.watch/6lbb7YT_TS/)
“Muchas gracias por todo. Muchas gracias por tanto patriotismo”, concluye García Hernández su mensaje y remata: “que viva la Cuarta Transformación”.
Hay más versiones de este caso. Alguna que apunta a que el poblano fue defenestrado, pero los hilos de esa narración tienen muchas marañas.
Monreal lo sabe. “El Monje Negro” lo sabe.
Las espadas están ya sin vaina.
Al margen: un poblano más, que sale terriblemente damnificado con esto, es el senador Alejandro Armenta Mier, quien en su apuesta total a favor de Monreal, ha quemado los puentes que podrían haberlo llevado por otras vías a la candidatura de Morena a la gubernatura de Puebla en 2024, que es su interés.
Tan cercano es y tan obediente se le ve a Monreal que, si el zacatecano cae, se llevará la abismo al poblano. Traducción: adiós el sueño de Casa Aguayo.
@Alvaro_Rmz_V