“Ya no vivo yo, es Cristo que vive en mí” (Gál 2, 20)
Por años venimos conmemorando la muerte del “salvador”, “el cordero de Dios”, estas fechas fueron diseñadas para recordarnos un suceso atroz como ninguno, la saña con la que fue castigado y muerto un verdadero inocente, el hombre que con su muerte cambió la historia del mundo, en un antes y un después, su nombre Jesús de Nazareth.
El “Proceso de Cristo” ha sido analizado por diversos autores, para el mundo de la Abogacía este trabajo lo lograron el Doctor Ignacio Burgoa Orihuela y el Maestro José Elías Romero Apís, en el contenido de sus libros se desprenden todas y cada una de las violaciones al proceso seguido en contra de Cristo, primero por parte de los propios Judíos quienes inquisitivamente lo acusaron ante el Sanedrín de Delitos Religiosos, específicamente, blasfemia, sacrilegio o profanación de lo sagrado y posteriormente llevado ante la Autoridad Romana por delitos cometidos en contra del Cesar, sedición y delitos de lesa majestad, en ambos procedimientos se vulneraron sus Derechos Humanos tales como una Defensa adecuada (nunca tuvo un defensor), Presunción de Inocencia (siempre fue imputado culpable), Debido Proceso (no se siguieron las formalidades esenciales de los procedimientos, ni bajo la Ley Hebrea ni bajo la Ley Romana), Legalidad (por parte de los hebreos el Sanedrín actuó con menos del 50 por ciento de sus miembros, además estaba transcurriendo la Pascua y estaba prohibido llevar a cabo el proceso), Detención Ilegal (Jesús fue tomado preso por parte de los guardias del templo sin una orden que ordenara su aprehensión), en fin, existen una infinidad de violaciones tanto procesales como a sus Derechos Humanos.
La reflexión es como el llamado y reconocido Rey de Reyes, permitió que se le tratara con una saña inusual, algunas respuestas nos las da el libro “El evangelio según Jesucristo” de José Saramago, en donde refleja la amistad tan fuerte y cercana que tenía con Judas, si al que la Iglesia ha satanizado como antagonista de esta historia, al cual le pide (Jesús) que haga lo necesario para que la Profecía se cumpla, es decir, para que sea condenado ejecutado y muerto ejemplarmente, el dogma dice que para el perdón de nuestros pecados, yo considero que el sacrificio fue para consolidar la fe en la palabra de su Padre, llevar a todo el mundo el evangelio que construyo e instituir el Cristianismo.
El castigo recibido por Jesús por parte de los soldados Romanos fue exagerado y por mucho, la película de la Pasión de Cristo nos da una idea de lo que tuvo que soportar el reo divino, pero los estudios, tratados y documentales sobre “La Síndone de Turín”, el santo sudario o la sábana santa ha reflejado una verdad irrefutable, el hombre que fue envuelto en ella fue martirizado con saña, odio, inquina y encono, a tal grado de solo dejarle unos cuantos huesos sanos, los demás estaban rotos, fracturados, su cuerpo era una llaga humana, increíblemente, por su naturaleza y constitución física, así como su divinidad, aun cumplió con el recorrido del vía crucis que culminaría en su crucifixión en el “Golgota” nombre en arameo del cerro, también llamado Calvario, ambos términos tienen el mismo significado “lugar de la calavera”.
Hay fragmentos coloquiales o dichos que necesitan una explicación mayor a lo común, en relación con Jesús aquel que dice “nadie es profeta en su tierra”, al respecto cabría preguntarse ¿por qué fue el propio pueblo Judío del que provenía Jesús pidió su muerte mediante el procedimiento de crucifixión? ¿Por qué no lo protegieron y lo reconocieron como el salvador? Históricamente considero que más allá de la animadversión del pueblo en contra de Jesús, se dieron momentos que confundieron a la población, en ese tiempo el pueblo judío luchaba a través de un grupo de rebeldes llamados “Zelotes” en contra de la opresión Romana, cuando surge a la vida pública Jesús los judíos pensaban que era él el que se constituiría como líder del movimiento y sería su libertador, pero la filosofía de Jesús se fundaba en la paz y no en la violencia, contrariamente “Barrabas” era un líder zelote por eso cuando Poncio Pilatos los confronta ante el pueblo para que eligieran a cuál de ellos liberaría por privilegios de la Pascua, ellos se inclinan por Barrabas, esto potencializado por el control que tenía el Sanedrín, cuyos sacerdotes veían en Jesús un rival invencible.
Concluyo este pasaje histórico con otra consideración, en este tiempo es importante, más que celebrar, reflexionar sobre las causas que dieron origen a nuestra fe, a nuestras creencias, su significado y efecto en la sociedad, para los que somos creyentes, la gran influencia que tuvo Jesús no solo como Dios, sino como Profeta, Filosofo, Revolucionario y mensajero de la paz, la paz que tanto necesitamos en este tiempo.
HASTA AQUÍ MI COMENTARIO.
MTRO JULIO SANTOS LOZANO