La tormenta perfecta en el Poder Judicial

La tormenta perfecta en el Poder Judicial
Julio Santos

Una de abogado escribe Julio Santos Lozano

“El último grado de perversidad es hacer servir las leyes para la injusticia”

-Voltaire.

Una tormenta se gesta al interior del Poder Judicial del Estado: el martes pasado en uno de los primeros Acuerdos tomados por el Consejo de la Judicatura se ordenó la reasignación de 64 Jueces de Primera Instancia, narraron algunos titulares de juzgados que pidieron mantener en reserva su identidad por temor a represalias.

De confirmarse resultaría alarmante y quizá histórico pues no existe registro de un cambio de esa magnitud. Es consecuencia de que el aparato de justicia vive un momento singular en cuanto a su desarrollo, percepción, y operación ya que el propio Tribunal Superior ha creado Juzgados especializados por materia civiles, familiares, oralidad Familiar, mercantiles y de extinción de dominio.

Por ello es importante que los jueces también tengan la especialidad que corresponde a cada materia, esto para no incurrir en resoluciones y sentencias contradictorias, retraso de los procedimientos y violar principios de acceso efectivo a la Justicia y acceso a la jurisdicción por el retraso en los procedimientos.

Los cambios efectuados por el Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado, además de haber paralizado el funcionamiento jurisdiccional, reflejan falta de conocimiento en la operación de la administración de justicia, improvisación y desorden y resultaría lógico pensarlo dado que en la composición de dicho consejo existen personas que no tienen conocimiento o experiencia en la administración de Justicia.

La reasignación de 64 Jueces -32 jueces y 32 secretarios- no ayudará mucho a los ideales que profesa la Reforma Constitucional al Poder Judicial, toda vez que el acceso efectivo a la Justicia no se genera con cambios bruscos e improvisados, sino con un control real y verdadero de la capacidad y habilidades de los operadores de justicia, específicamente Jueces, que son los atalayas para que el sistema de justicia funcione.

De confirmarse la versión de las fuentes, es posible pensar que los cambios citados obedecen al combate a la corrupción que supuestamente prevalece al interior de dicho poder aún y no ha sido demostrado, y sólo ha puesto en entre dicho la honorabilidad de muchos Jueces que se reconocen por su honorabilidad, rectitud y probidad.

Esta decisión fue un golpe fuerte para los jueces y existe en el gremio de la abogacía con esta medida adoptada por el Consejo de la Judicatura pues se considera imprudente por constituir un obstáculo en el desarrollo y buen funcionamiento de los Juzgados.

El Consejo de la Judicatura se estrenó con una medida extrema y que puede resultar contraproducente. Lo dejaremos al tiempo.

Hasta aquí mi comentario.