Las cuatro empresas han realizado estos ensayos
A pesar de las diferentes tecnologías utilizadas para la obtención de vacunas contra la COVID-19, las cuatro aprobadas por los dos organismos independientes más importantes (Estados Unidos y Europa) han demostrado una alta eficacia, muy superior al 50% exigido por la OMS como límite para su aprobación.
Todo ha ido tan rápido que nos surgen tres preguntas: ¿cómo son, cómo nos protegen y qué efectos secundarios producen estas vacunas? Intentamos responder basándonos en las publicaciones y notas de prensa de las empresas productoras, así como en los informes de las dos agencias reguladoras: la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), en EEUU, y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) en Europa.
¿Qué vacunas han sido aprobadas en EEUU y Europa?
La FDA ha aprobado para su administración en EEUU las vacunas producidas por las empresas Pfizer/Biontech, Moderna y Johnson and Johnson/Janssen, de la que se espera su aprobación por la EMA pronto.
Por su parte, la EMA ha autorizado las vacunas Pfizer/Biontech, Moderna y AstraZeneca/Oxford. Todas han superado ensayos clínicos abarcando decenas de miles de personas y algunas se están administrando masivamente a la población. En la tabla 1 resumimos las características más importantes de estas cuatro vacunas.
¿Cómo han sido los ensayos clínicos?
Para obtener la aprobación de las agencias reguladoras, las empresas productoras de vacunas deben realizar ensayos clínicos que involucran a decenas de miles de personas. Las cuatro empresas han realizado estos ensayos, pero se han producido en diferentes países, con diferentes rangos de edades y en distintos momentos de la pandemia.
¿Importa? Sí. Sobre todo porque en los últimos meses han aparecido variantes del virus que pueden transmitirse con mayor facilidad e incluso evadir parcialmente la respuesta inmune.
En cualquier caso, una vez terminados los ensayos de fase III, a cada vacuna se ha asignado un porcentaje de eficacia, una aproximación de cómo de bien ha protegido a los voluntarios que habían recibido la vacuna con respecto a los que recibieron un placebo. En la tabla 2 se presentan algunos de estos datos para las cuatro vacunas que estamos analizando.
Como se observa en la tabla, la eficacia de las dos vacunas cuyos ensayos clínicos se realizaron más tarde (AstraZeneca/Oxford y J&J/Janssen), en presencia de nuevas variantes del virus, es menor. Por eso es difícil comparar la eficacia de las cuatro vacunas.
Otra diferencia importante tiene que ver con el rango de edades. Los ensayos clínicos de la vacuna AstraZeneca/Oxford incluían tan pocas personas de más de 65 años que no se puede juzgar sobre su eficacia en este segmento de población. Por eso en muchos países solo se administra a personas más jóvenes.
Efecto en enfermedad grave, hospitalización, decesos
En los ensayos clínicos también se deben analizar aspectos relevantes que dan una idea de otros beneficios de las vacunas. En general, las vacunas deberían reducir el número de personas que se infectan, el número de casos de enfermedad grave, el grado de severidad y la hospitalización y el número de decesos. Un resumen de los datos extraídos de los ensayos clínicos se muestra en la siguiente tabla.