“Cuando se trata de vacunarse frente a las cámaras, él no lo apoya, no le gusta”, dijo Peskov
El presidente ruso Vladimir Putin recibirá el martes su primera dosis de la vacuna contra el COVID-19, pero fuera de las cámaras, dijo su vocero, lo que dio lugar dudas de si el gesto servirá para elevar las tasas relativamente bajas de inmunización en el país.
Preguntado si el Kremlin difundirá fotos o video de Putin al recibir la inyección, Dmitry Peskov dijo en conferencia de prensa telefónica que “deberán creer en (nuestra) palabra”.
“Cuando se trata de vacunarse frente a las cámaras, él no lo apoya, no le gusta”, dijo Peskov.
El vocero se negó a aclarar si Putin irá a un centro de vacunación o si le llevarán la vacuna a su oficina o residencia, y solo dijo que “se hará de manera tal que menos afecte” su agenda de trabajo.
El lunes, durante una reunión del gobierno, Putin anunció que se vacunaría. La campaña de vacunación comenzó hace varios meses en Rusia, y los detractores han dicho que la indecisión de Putin a vacunarse contribuye a la renuencia generalizada.
Apenas 6,3 millones de personas, el 4,3% de los 146 millones de habitantes, han recibido al menos la primera dosis. El país está muy retrasado con respecto a otros en cuanto a la tasa de vacunación. Sondeos de la principal encuestadora rusa, Levada Center, han revelado que el número de personas renuentes a vacunarse con la Sputnik V, de fabricación local, aumentó del 58% en diciembre al 62% en febrero.
Un estudio reciente de la prestigiosa revista médica británica The Lancet reveló que la Sputnik V tiene una eficacia del 91% y aparentemente impide que los vacunados se enfermen gravemente de COVID-19, aunque aún no está claro se puede prevenir la transmisión de la enfermedad.