Esta vacuna, desarrollada conjuntamente por el ejército chino y la compañía de biotecnología con sede en Tianjin
La vacuna experimental contra el coronavirus de CanSino Biologics tiene una tasa de eficacia del 65.7 por ciento para prevenir casos sintomáticos, según un análisis de los últimos ensayos, lo que la convierte en la vacuna candidata más reciente en mostrar cierta protección contra el COVID-19.
Esta vacuna, desarrollada conjuntamente por el ejército chino y la compañía de biotecnología con sede en Tianjin, resultó ser eficaz contra el sintomático COVID-19, según un análisis de varios países publicado por primera vez en Twitter por Faisal Sultan, asesor de salud de Pakistán, este lunes. Después, CanSino remitió el anuncio de Sultan en un comunicado.
La etapa final de estudios clínicos incluyó a 30 mil participantes y también fue 90.98 por ciento efectiva para prevenir las enfermedades graves, apuntó Sultan. Una vacuna debe ofrecer al menos una tasa de protección del 50 por ciento para que se considere eficaz, como lo exigen los principales reguladores de medicamentos del mundo y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Entre los rivales occidentales, las vacunas chinas se han quedado atrás de las opciones de Pfizer y Moderna, que han mostrado una tasa de protección de alrededor del 95 por ciento. Mientras tanto, la 'Sputnik V' de Rusia mostró una eficacia del 91.6 por ciento. Los ensayos de la vacuna de AstraZeneca dieron como resultado un promedio del 70 por ciento de dos regímenes de dosificación diferentes.
Desfile de eficacia
El desfile de informes de eficacia ha dado lugar a un arsenal de vacunas en constante crecimiento a medida que los fabricantes de medicamentos y los gobiernos han acelerado el proceso de desarrollo de vacunas para combatir la pandemia. CanSino agrega otro candidato exitoso de los desarrolladores chinos, que se han puesto al día con los rivales occidentales al terminar las pruebas de la Fase 3 después de una ventaja inicial en el proceso.
Mientras las naciones más ricas aseguran los primeros suministros y la iniciativa Covax respaldada por la OMS en la que muchos países en desarrollo confiaban para adquirir las vacunas aún no ha comenzado, China está llenando el vacío donando sus vacunas a los lugares más pobres. La inyección de CanSino, que no requiere la segunda inoculación de refuerzo que es más difícil de difundir en las zonas rurales, podría reforzar el alcance de China y su apuesta por rehabilitar su imagen global.