“La única pandemia que tenemos es la de los no vacunados”, reconoció el Presidente de EU, Joe Biden, este viernes.
Dos semanas después de celebrar la casi “independencia” del coronavirus, el Presidente Joe Biden se enfrenta a la preocupante realidad del aumento en el número de casos y muertes por COVID-19 en Estados Unidos, y a las limitaciones en su capacidad para combatir la persistente indecisión sobre las vacunas, que es responsable del actual retroceso.
Los casos de COVID-19 se han triplicado en las últimas tres semanas, y las hospitalizaciones y muertes están aumentando entre las personas no vacunadas. Aunque las tasas siguen siendo muy inferiores a las de enero, las autoridades están preocupadas por el cambio de tendencia y por lo que consideran enfermedades y muertes innecesarias. Y se prevé que los casos sigan aumentando en las próximas semanas.
Aunque la emergencia nacional puede haber amainado, los funcionarios dicen que el brote es ahora una crisis más focalizada en las comunidades donde no hay suficientes personas que se hayan inoculado.
“La única pandemia que tenemos es la de los no vacunados”, dijo Biden el viernes, en comentarios similares a los hechos anteriormente por la doctora Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
El aumento de las cifras se debe a la existencia de grandes focos de infección entre los más de 90 millones de estadounidenses autorizados a vacunarse pero que aún no lo han hecho. Cuatro estados con bajas tasas de vacunación representaron el 40 por ciento de los nuevos casos de la semana pasada, y casi la mitad de ellos procedían de Florida.