Al menos 4 de cada 10 reconocen daños en estabilidad emocional, detalla el estudio
Con la emergencia sanitaria generada por el Covid-19, no solo estudiantes sino también docentes han resultado afectados psicológicamente ante la falta de convivencia y el constante encierro.
Según la encuesta realizada por la Universidad Iberoamericana, desarrollada con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), 4 de cada 10 trabajadores de la educación reconocen presentar daños en su estabilidad emocional, sobre todo por lo prolongado que ha resultado la pandemia.
A unas horas de celebrarse el día del maestro, la Presidenta de la Federación Nacional de Asociaciones de Padres de Familia A.C. (FENAPAF), Aurora González de Rosas, declaró que es urgente que, al iniciar el regreso a clases, (las cuales se prevé sean escalonadas y una vez que las regiones pasen a semáforo verde), se estime en las propias escuelas el contar con apoyo psicológico tanto para estudiantes como para maestros y así auxiliarlos a abandonar el estrés que ha ocasionado el aislamiento social.
Según la encuesta citada, maestros tanto de educación básica como media superior, muestran alarmantes indicadores de riesgo conductual, siendo que, durante la contingencia sanitaria se han visto expuestos a conductas de incremento de consumo de productos diversos e incluso el uso de violencia y se han destacado casos de ansiedad, depresión y estrés.
Por dicha crisis conductual, la encuesta señala que en nivel primaria el 30 por ciento de docentes requiere de apoyo, en secundaria el 31 y en preparatorias el 37, tomando en cuenta el impacto sociológico que la pandemia ha generado en maestros.
Aurora González llamó a padres de familia e incluso a estudiantes, a tener paciencia al momento de regresar a clases, a fin de que se logre un trabajo solidario, donde,
además de recuperar el tiempo perdido por las clases no vistas, también se desarrollen los horarios de enseñanza en un ambiente solidario y de ayuda mutua, ya que la condición tanto de estudiantes como de trabajadores de la educación e incluso de madres y padres de familia, no es la misma que antes de la pandemia, ya que puede existir mucha susceptibilidad y afectaciones emocionales a consecuencia de este terrible mal que convulsionó a todo el mundo.