La periodista, con más de 15 años de carrera desentrañando las relaciones entre el narcotráfico y el poder
La periodista mexicana habla sobre su nuevo libro ‘Emma y las otras señoras del narco’ en el que se introduce en la esfera más íntima de los capos y rompe con el mito del todopoderoso señor de las drogas
A la periodista mexicana Anabel Hernández le hicieron en Italia una pregunta que no supo responder: “¿Cuál es en tu país el papel de las esposas de los señores de la droga?”. Hernández, como la mayoría de los reporteros y autoridades de México, consideró siempre que se trataba de un asunto menor, casi accesorio del entramado criminal. Mujeres ingenuas, quizá poco astutas, con algo de mala suerte muchas veces, sin otra opción, inocentes e irresponsables de su destino. Pero ella misma se sorprendió del discurso simplista —incluso machista— que se había repetido tantas veces. ¿Realmente no sabían lo que hacían?
La periodista, con más de 15 años de carrera desentrañando las relaciones entre el narcotráfico y el poder, concluyó entonces que había una parte fundamental que se había perdido de vista en tanto tiempo de escribir y desenmascarar al crimen. Sus mujeres, a veces amantes o esposas, formaban un pilar fundamental dentro de la dinámica criminal. Son su apoyo emocional, quienes los abrazan después de ordenar una masacre, quienes les recuerdan que no son solo monstruos. Aunque lo sean.
Es en su relación con ellas donde el gran capo de la droga se descubre como un mortal, capaz de jugarse el cuello por un encuentro amoroso —como le sucedió a Joaquín El Chapo Guzmán antes de ser detenido— y a quienes quiere presumirle su Ferrari. “Son su oxígeno”, declara la reportera en una entrevista con EL PAÍS convencida de que obviar la esfera más íntima del crimen organizado ha sido un error y solo ha contribuido a mitificar a unos hombres que no son tan indestructibles como parecen.
Esta semana se ha publicado su nuevo libro, Emma y las otras señoras del narco (Grijalbo), donde la periodista hace un repaso de las esposas y amantes más relevantes de los líderes de los cárteles de la droga, con Emma Coronel, esposa de El Chapo, como protagonista.