Detallan caso de Pegasus

Detallan caso de Pegasus
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“¿Tiene salud para ser presidente de México?”, insistió Loret de Mola

Con tal de saber todo sobre Andrés Manuel López Obrador, el aspirante más sólido a la Presidencia de la República de 2018, el gobierno de Enrique Peña Nieto desplegó su aparato de espionaje masivo hasta el corazón del líder de Morena. Literalmente.

Además de los hijos, la esposa, los hermanos, los amigos y los operadores políticos más cercanos de López Obrador, el gobierno de Peña Nieto ingresó en su plataforma del malware espía Pegasus el número de teléfono de Patricio Heriberto Ortiz Fernández, el cardiólogo que operó al tabasqueño del infarto agudo al corazón que sufrió en la madrugada del 4 de diciembre de 2013, el cual estuvo a punto de restarle la vida.

En el set de Televisa donde se grabó el noticiero Despierta del 8 de diciembre de 2016, Carlos Loret de Mola preguntó a López Obrador, con un tono grave: “¿Cómo está su salud?” El político, quien en febrero de 2015 había oficializado su candidatura a la elección presidencial de 2018, le contestó que se sentía bien, a pesar del “infarto fuerte” que le dio en la arteria que los médicos conocen como “la dejaviudas”.

“¿Tiene salud para ser presidente de México?”, insistió Loret de Mola. López Obrador contestó que sí, y después de un par de interacciones adicionales terminó la conversación sobre su salud; la entrevista continuó su curso hacia otro tema.

Menos de dos meses más tarde, agentes del gobierno de Peña Nieto trataron de intervenir el celular del cardiólogo de López Obrador. A un año y medio de las elecciones, el corazón del tabasqueño, al igual que toda su vida privada y de cualquier elemento que podía filtrarse a la prensa para dañarlo, se había convertido en un interés político.

“Me queda claro que (el gobierno previo) buscó toda la información sobre la salud del presidente, a través del hospital, a través de mí; pero no tuvieron nada más que lo que se sacó públicamente”, dice el cardiólogo en entrevista para esta investigación. “El único objetivo de espiarme era el candidato, yo era una herramienta (…) desafortunadamente no estoy sorprendido”, abunda.

Más de 50 mil datos telefónicos seleccionados por clientes de NSO Group en sus plataformas Pegasus, los cuales fueron revisados por 80 periodistas de 17 medios en 10 países en el marco de la investigación periodística internacional Pegasus Project –entre ellos Proceso--, coordinada por Forbidden Stories con el apoyo técnico del Security Lab de Amnistía Internacional, muestran que, de los cientos de opositores políticos que el gobierno de Peña Nieto trató de espiar entre 2016 y 2017, ninguno lo fue tanto como López Obrador.

En aquel tiempo, el tabasqueño prácticamente no usaba celulares; y cuando lo hacía, utilizaba los dispositivos de su particular Laura González Nieto –ahora jefa de área de Presidencia, la que López Obrador sigue llamando “Laurita”--, o de su operador César Yáñez Centeno, al que decía entonces “mi hermano”, los cuales fueron seleccionados en plataformas Pegasus del gobierno mexicano.

Y no fueron los únicos: agencias gubernamentales también seleccionaron los números de aliados que han seguido a López Obrador desde hace más de una década y media, hasta su ascenso hacia la Presidencia, entre ellos: Julio Scherer Ibarra; Gabriel García Hernández, el arquitecto de la estructura electoral de Morena; Horacio Duarte Olivares, representante del partido ante el INE; Alejandro Esquer Verdugo, secretario de Finanzas; Jesús Ramírez Cuevas, su vocero; así como el magnate Alfonso Romo Garza, quien fungía como enlace con la cúpula del sector empresarial.

Varias de las personas cercanas a López Obrador que fueron seleccionadas en plataformas de Pegasus están hoy en el gabinete o en la estructura política de la llamada Cuarta Transformación: Manuel Bartlett Díaz, el director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y su pareja Julia Abdalá; Rocío Nahle García, titular de la Secretaría de Energía (Sener), Delfina Gómez Álvarez, secretaria de Educación Pública (SEP), Alfonso Durazo Montaño, ahora gobernador de Sonora; el senador Ricardo Monreal Ávila; el subsecretario Alejandro Encinas Rodríguez o el fiscal electoral José Agustín Ortiz Pinchetti.

También fueron acechados Claudia Sheinbaum Pardo –ahora jefa de gobierno de la Ciudad de México--, los esposos Bertha Elena Luján Uranga y Arturo Alcalde Justiniane, Bernardo Bátiz, Layda Sansores, algunos políticos de Tabasco –su estado natal--, el entonces senador, el académico John Ackerman, la pareja Dolores Padierna - René Bejarano, así como integrantes del círculo de Ebrard, como Mario Delgado Carrillo –actual presidente nacional de Morena-- o su esposa, Rosalinda Bueso, cuyos números fueron detectados entre más de 15 mil registros telefónicos mexicanos seleccionados en un sistema de NSO entre el verano de 2016 y finales de 2017.

Hasta el entonces diputado capitalino Luciano Tlacomulco Oliva, quien fuera entrenador del equipo de beisbol “Amigos”, en el que jugaba el ahora mandatario, fue blanco de Pegasus.

Yo creo que todos en el entorno del licenciado López Obrador hemos tenido la seguridad de que eramos intervenidos”, dice Scherer a Proceso, en el marco de esta investigación. El ahora Consejero Jurídico de la Presidencia recuerda que su familia –y su padre, Julio Scherer García, fundador de este semanario-- “siempre ha sido sometida a este tipo de acoso por del gobierno”, y refrenda que la intervención de comunicaciones privadas sin mandato de autoridad judicial es un delito castigado por el artículo 177 del Código Penal Federal –de 6 hasta 12 años de prisión--.

“Siempre tuve la idea que el antiguo régimen nos vigilaba o espiaba con fines políticos; era una práctica persecutoria de espionaje político que usaba el antiguo régimen”, opina Sheinbaum en reacción a esta investigación, y agrega que, en la administración capitalina actual, “no hay equipos tan sofisticados pero se solicitan escuchas legales a través de jueces para la detención de delincuentes, por parte de la Fiscalía”.

Rocío Nahle se indigna que no solo aparezca su número, sino también él de su hija. “Como coordinadora de los diputados de la primera legislatura de Morena, sabía que estaba en el ojo del gobierno, lo inadmisible es que también a mi hija, que está ajena a cualquier evento política, estuvieran siguiendo sus movimientos y conversaciones”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente:https://www.proceso.com.mx/nacional/2021/7/19/pegasus-espionaje-al-corazon-de-lopez-obrador-268065.html