Máscaras escribe Jesús Olmos
En 2018 una gran cantidad de comentadores políticos y columnistas, pusieron en el centro del debate público la necesidad de que el presidente de la República pudiera sostener una conversación en otro idioma -que no sea el español- con cualquiera de sus homólogos del mundo.
Lo anterior, lejos de un debate articulado sobre la preparación propia de alguien que ostenta el puesto de mandatario federal, se utilizó como metralla contra el entonces candidato Andrés Manuel López Obrador.
México venía en franco cierre de la administración presidencial peñista y la discusión se escribía sobre el oso del “infrestructochor” de Peña Nieto y la necesaria relación bilateral con los vecinos del norte.
Fue entonces que el inglés, idioma oficial de los Estados Unidos, fue puesto como un tema esencial para la preparación de una nueva generación de mexicanos como habitantes de un mundo global.
Tenías a las élites de los Partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional, en ese entonces enemigos acérrimos y en fechas recientes notables aliados, fustigando al candidato de Morena quien declaró al respecto: "No hablo inglés... los mejores presidentes de este país no hablaban inglés. Para eso están los traductores".
Aunque se difundieron encuestas que mencionaban que el 70% de los mexicanos valora el inglés para tomar la decisión de quien sería su presidente, el morenista recibió más del 50% de los votos y culminó la noche del 1 de julio electo como presidente de México.
El tema viene a colación por la reciente viralización del video de la candidata presidencial opositora y su pronunciación del idioma extranjero, que algunos hasta aseguran que se voló sus clases de inglés.
De la misma forma, es muy poco probable que, aunque las encuestas arrojen su importancia para el electorado, sea un tema fundamental para las definiciones del domingo 2 de junio.
Lo que sí influirá seguramente han sido las críticas, principalmente las clasistas, que durante los años de campaña recibió el ahora presidente de quienes antes eran enemigos y ahora son aliados en su contra.
El inglés sí es un tema fundamental, necesario para colocar al país en un contexto de negociación global, pero no es más que un proyecto ni que el prestigio de un partido político, que para ello los logotipos del priismo y el panismo dicen mucho y jalan negativos.
Pareciera que Gálvez y que todos aquellos que la apoyan en su intentona presidencial, se olvidan del detalle de la historia y no quisieran cargar con el peso de los partidos, con las críticas históricas, con los comentarios clasistas, con el racismo que han promovido y se enfocan en un presente que aún no logran construir.
Que importante que las abanderadas de los principales partidos puedan comunicarse con el mundo y hablar en otros idiomas, pero aún más importante que aquello que hablen y propongan sea palabra empeñada y no contenido vacío para un público expectante.
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