Bajo amenazas de acusarlos, muchos trabajadores son amedrentados por sus jefes y no les pagan salarios completos ni horas extras o seguro por accidente
El terror para los migrantes se presenta con diferentes rostros. Desde redadas en las escuelas de sus hijos, hasta el no pago de horas extras o salarios completos en sus trabajos, porque patrones sin escrúpulos los amenazan con denunciarlos, a pesar de no estar en la lista de posibles deportados.
Otros jefes les dicen a sus trabajadores que fueron aceptados como contratistas independientes, que son dueños de su empresa. Sus ojos brillan ante esa respuesta, pues creen que es su sueño americano, aunque en realidad se están aprovechando de ellos porque no tienen ninguna protección si se lastiman o tienen un accidente grave.
Bajo el lema “deportaciones masivas ahora”, miles de trabajadores honestos de diversas nacionalidades viven momentos aterradores desde el pasado lunes, cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó la orden ejecutiva para repatriarlos, aunque muchos de ellos están desinformados sobre su actual situación migratoria.
Sumado a ello, se gesta un proyecto de ley que apuntaría a personas indocumentadas para deportación si son simplemente acusadas, no condenadas, de delitos no violentos como el hurto en tiendas, el cual fue aprobado en la Cámara de Representantes con apoyo bipartidista. Está avanzando en el Senado, donde sólo ocho demócratas se opusieron a su avance.