Frente al horror de la violencia, el arte; frente a la violencia de género, la literatura, apunta la escritora
Para Suheyl Osio, la escritora de origen veracruzano que encontró a Puebla como una patria chica adoptiva, la literatura no se define por género, sin embargo, la narración la viven de manera directa y diferente mujeres y hombres. Autora del libro de cuentos cortos “Todo Personal” (editorial Salto al Reverso), habla con Parabólica sobre los desafíos como narradora: la hoja en blanco.
“Lo que me pasa a mí con la hoja en blanco es que cuando me siento, ya sé lo que voy a escribir. Es difícil que me siente frente a una hoja para ver si se me ocurre algo para escribir; generalmente ya lo tengo en la mente hasta que lo puedo formar, más o menos del inicio, el nudo y el final”.
¿Qué sucede con el proceso creativo? ¿Es un método sistematizado o hay que esperar a que baje la musa e inspiración?
“No. En este libro en particular hay una historia que se llena “Ancas de rana” que habla de los silencios, soledades, de las violencias veladas, específicamente de los hombres hacía las mujeres. Esta violencia que no se puede mirar porque no deja un golpe, no lastima la piel, no se nota un ojo amoratado, o no se verbaliza en palabras ofensivas (…) yo empiezo a pensar en hablar de esa violencia velada y todo empieza a moverse hacía ese lugar”.
- ¿Tiene género la literatura?
Desde mi punto de vista no, la literatura es literatura. Creo que los temas se pueden abordar con una mirada masculina o con una mirada femenina. Pero es completamente natural porque no somos iguales y jamás lo seremos, aunque haya personas que intenten decir que lo somos. Deberíamos tener las mismas oportunidades, pero eso es otra cosa.
Algunos de los relatos en “Todo Personal” parecieran ser una voz que denuncia cosas. Cuando hablas de las raíces de tu familia, de tu abuelo y dibujas el modelo familiar de principios del siglo pasado. Hablas de una clara tipificación o cosificación de la mujer y eso ya habla de cierto activismo.
-Ojalá ahí estuviera y ahí se hubiera quedado en el siglo pasado. Tiene esa atmósfera, ese sentido de aridez, pero de la aridez del plano natural donde se desarrolla como de la aridez interior, sobre todo de las mujeres.
¿Cómo procesas esa parte con tu familia, debe ser incluso una forma de procesarlo?
Si, es una forma de procesarlo en mi caso: Sacarlo de donde esté y poder escribirlo. Cuando no nombramos las cosas pareciera que no podemos tocarlas, que son intangibles y pareciera que no existen. Cuando nombramos a la violencia por su nombre, entonces existe; cuando nombramos a la soledad, entonces existe y entonces la hacemos evidente.
Por eso cuando desafortunadamente las mujeres sufren violencia de cualquier índole, su paso mas difícil es externarlo. Mientras está guardado entonces pareciera que no está sucediendo y en cuanto lo mostramos le ponemos todas las luces para que se noten todos los poros de la violencia.
Es pertinente hablar de tu entorno familiar, tu círculo cercano. ¿Han leído que lo que has escrito?
-Si lo han leído.
¿Y cuál ha sido su reacción?
-Lo han leído mis padres y mi hermano. Todos se conmueven con lo que está en Todo Personal y algunas cosas les parece muy familiar; otras no tanto, pero la gran mayoría les parece muy cercano, he visto gente llorando con Ancas de Rana por ejemplo y mi familia también lo ha hecho. Se los agradezco.
Haces televisión cultural, muchos de los materiales que generas van a las redes sociales. Pareciera difícil armonizar el desarrollo vertiginoso de la era de internet, redes sociales con la literatura.
-Si, necesito un momento de introspección por supuesto. Es un reto cuando voy a presentar los libros porque debo estar frente a muchas personas; es un reto ir a la televisión, es un ir y venir de todos los lugares, es mostrar la cara, la piel y mirarte y luego retraerte. No sería adecuado solo interiorizar, o solo estuviera en la exterior y no tuviera un momento de recogimiento.
¿Para qué nos sirve la literatura, para qué ayuda?
Quiero hablar de todas las artes. Sin el arte estamos perdidos, nos salva de toda la problemática exterior. Alguna vez me preguntaron ¿a quien le interesaría leer en una guerra? La violencia contundente que vivimos nosotros en México todos los días es insoportable si no tenemos una cercanía a la belleza, el arte es eso.
Si no nos acercamos a esa belleza que genera el ser humano estaríamos en la capa más superficial de la piel, somos esa parte animal pero también somos esa parte bella, estoy segura que a todos nos gusta la belleza. Lo que sucede es que no sabemos que nos gusta si no nos acercamos a ella.
La vida sería insoportable sin el arte, sin la pintura. En el otro libro de relatos La madrugada tiembla hablo de la pintura de (Joaquín) Sorolla que te lleva a un sitio sensible. Si somos esa parte salvaje, pero también somos esa belleza.
“Escribo cuento porque me gusta la contundencia del cuento. Julio Cortázar decía que una novela gana por decisión, pero el cuento gana por nocaut. A mí me encanta el nocaut y así es como me gusta vivir muchas cosas”.