Ecosistema Digital escribe Carlos Miguel Ramos Linares
El reciente anuncio del cierre de servidores de Concord por parte de PlayStation Studios es, sin duda, un ejemplo emblemático de cómo la volatilidad del mercado de videojuegos puede devorar incluso a proyectos que, sobre el papel, parecen prometedores. Concord fue lanzado con la intención de abrirse paso en el competitivo género de los hero shooters, un espacio dominado por gigantes como Overwatch y Valorant. Sin embargo, a tan solo 14 días de su debut, el juego se despide, dejando tras de sí más preguntas que respuestas.
Este desenlace pone en evidencia los riesgos inherentes a la industria. Concord no era un proyecto improvisado; Firewalk Studios trabajó durante ocho años en su desarrollo, apostando por una fórmula que combinaba disparos en primera persona con personajes carismáticos, cada uno con habilidades únicas. La comparación con la exitosa franquicia de Guardianes de la Galaxia en cuanto al enfoque de personajes nos hizo pensar que estábamos ante un juego con potencial para innovar dentro de su género. Pero esa promesa nunca se concretó.
¿Qué falló entonces? Una de las razones más evidentes es la decisión de lanzarlo con un precio de 30 dólares en un entorno donde sus competidores directos son juegos gratuitos. El modelo free-to-play, combinado con un sólido sistema de monetización a través de microtransacciones y pases de batalla, ha demostrado ser la estrategia dominante en este sector. Cargar por la entrada a Concord significó que, desde el principio, los jugadores lo miraran con escepticismo, especialmente cuando ya tienen acceso a alternativas de alta calidad sin costo inicial.
Además, los números hablan por sí solos. En los días previos al anuncio del cierre, Concord apenas alcanzó 24 jugadores activos en Steam, una cifra que, para un juego de esta magnitud, es prácticamente una sentencia de muerte. La competencia feroz y la saturación del mercado de shooters dificultaron que el juego captara y retuviera una base de usuarios significativa.
Más allá de las cifras, la breve vida de Concord también deja una lección sobre la importancia del timing y la estrategia de lanzamiento en la industria de los videojuegos. Incluso con una idea sólida y un desarrollo meticuloso, la falta de adaptación al contexto del mercado puede condenar un proyecto al fracaso. La historia de Concord no es simplemente la de un juego que no cumplió las expectativas, sino la de un equipo que, pese a su esfuerzo y dedicación, no logró conectar con un público cada vez más exigente y reacio a pagar por nuevas propuestas en un género ya saturado.
En última instancia, el cierre de Concord es una pérdida no solo para sus desarrolladores, sino también para los jugadores que aún creen en la posibilidad de innovar dentro del espacio de los shooters. Pero también es un recordatorio de que, en esta industria, el éxito no está garantizado por el esfuerzo, sino por la capacidad de entender y adaptarse a un mercado en constante cambio. ¿Aprenderán PlayStation Studios y Firewalk de esta experiencia? El tiempo lo dirá, pero lo cierto es que el camino hacia la redención será largo y exigente.
@cm_ramoslinares