Análisis del ecosistema digital en las elecciones en EEUU

Análisis del ecosistema digital en las elecciones en EEUU
Carlos Miguel Ramos Linares
Ecosistema digital Estados Unidos

Ecosistema Digital escribe Carlos Miguel Ramos Linares

Llegó el día de las elecciones generales de 2024 en Estados Unidos, donde se elegirán, entre otros cargos, a quienes asumirán la presidencia y la vicepresidencia del país para los próximos cuatro años.

Para realizar un análisis de la narrativa de los principales candidatos presidenciales de este ciclo electoral, Donald Trump por el Partido Republicano y Kamala Harris por el Partido Demócrata, es necesario traer a la memoría las diferentes tácticas que influyen el discurso público y la percepción de los votantes.

Donald Trump, por su parte; ha recurrido repetidamente a la diseminación de información imprecisa o falsa en sus plataformas, lo que le ha permitido movilizar un apoyo basado en emociones y reafirmar los sesgos de sus seguidores.

La estrategia de Trump se ha sustentado en el uso de mensajes simplificados y provocadores que resuenan en sus redes de seguidores, a menudo eludiendo la verificación de los hechos y promoviendo teorías de conspiración o distorsiones de la realidad. Esto ha llevado a la consolidación de una burbuja informativa que opera al margen de los datos objetivos, donde la información falsa no solo se consume por consumirse, más bien; se vuelve un pilar en la identidad de su base electoral.

La posverdad, en este contexto, va más allá de la política y genera un ecosistema en el que los hechos y la evidencia pierden peso frente a las creencias y las emociones. Las redes sociales amplifican este efecto, pues el algoritmo prioriza el contenido que genera interacciones, haciendo de las noticias falsas un activo de gran valor.

Por su parte, Kamala Harris dedicó su discurso a proyectarse por encima de Donald Trump a partir de extender su relato en medios masivos de comunicación que compajinan con su ideología. En redes sociales se vertió una proyección de triufo que se basaba en ocho de diez modelos estadísticos, subrayando una narrativa en la que los demócratas tenían una clara ventaja.

La estrategia de Kamala Harris se centró en conectar con votantes jóvenes y diversas comunidades mediante contenido audiovisual vertido en plataformas como TikTok, Instagram y X (anteriormente Twitter), utilizando memes, tendencias virales y colaboraciones con celebridades para “humanizar” su imagen y resonar con la Generación Z. Esta táctica incrementó significativamente su número de seguidores y el compromiso de los usuarios.

Harris implementó una estrategia de comunicación directa a través de WhatsApp para llegar a votantes latinos, compartiendo clips subtitulados en español y relatos personales que fomentan la participación electoral. Esta iniciativa busca involucrar a comunidades que podrían estar desconectadas de los medios tradicionales. 

Ambas estrategias revelan la naturaleza de la política estadounidense actual, donde un solo estado o un pequeño margen de votos puede definir al próximo presidente. La tensión entre el análisis estadístico objetivo y la distorsión impulsada por las noticias falsas pone en evidencia los desafíos de la democracia en la era digital.

 

@cm_ramoslinares