Ecosistema digital escribe Carlos Miguel Ramos Linares
OpenAI trabaja arduamente para hacer que su modelo de lenguaje algorítmico sea accesible para un gran número demandante de personas. En algo que pudiera parecer una decisión irresponsable, OpenAI permitirá que el uso de la plataforma de ChatGPT esté disponible para todos los usuarios, ya sea que elijan iniciar sesión en una cuenta o no. Sin embargo, esta nueva modalidad de acceso al chatbot estará sujeta a ciertas limitaciones, aparentemente diseñadas para alentar a los usuarios a probar OpenAI y considerar la creación de una cuenta en la plataforma. Es decir, se trata de una estrategia para atraer más usuarios ante el creciente uso de otras plataformas como Google y el uso de Bard o Copilot de Microsoft.
En términos generales, la noticia es que ahora es posible utilizar ChatGPT sin necesidad de iniciar sesión. Desde hace algunos días, esta opción está disponible en determinadas regiones o mediante el uso de una Virtual Private Network (VPN). Aunque cuando pasa con las versiones BETAS, esta función se irá extendiendo gradualmente a todos los usuarios en todo el mundo, por ahora está en fase de prueba en países de habla inglesa.
Los usuarios que opten por no registrarse podrán utilizar ChatGPT de manera bastante completa: podrán interactuar con el asistente y mantener conversaciones sin dificultad. Sin embargo, no podrán guardar o compartir chats, instalar GPTs o utilizar comandos personalizados. Aunque la mayoría de los usuarios no emplean la aplicación de esta manera, estas restricciones podrían motivarlos a registrarse para desbloquear más funcionalidades.
Para aquellos preocupados por su privacidad, es importante destacar que sus conversaciones no serán rastreadas por ChatGPT si así lo eligen. A medida que aumente el número de usuarios gratuitos, se podrían descubrir más restricciones en el chatbot. Sin embargo, el anuncio de OpenAI sobre esta nueva función es sorprendentemente breve en comparación con su estilo habitual.
Existen preocupaciones legítimas sobre los posibles riesgos asociados con el uso de esta IA sin registro, como su potencial utilización para fines oscuros sin dejar un rastro tan evidente, similar a cómo algunos hackers ya se aprovechan de la plataforma. A pesar de ello, esta funcionalidad podría abrir nuevas posibilidades para muchos usuarios que de otra manera no tendrían acceso a ella.
Además, OpenAI continúa lanzando servicios cada vez más sofisticados, como Sora para la creación de vídeos. Por lo tanto, no resulta sorprendente que su modelo de negocio se centre en las versiones más avanzadas y complejas, dejando espacio para que un número creciente de personas prueben las versiones más básicas.
Históricamente, las decisiones que parecen democratizadoras, resultan ser instrumentos alienantes que permiten a los ciudadanos digitales permanecer en estados unidimensionales, como diría Marcuse, sometidos a una forma de pensamiento y existencia que por su percepción de la realidad y su potencial humano están limitados y restringidos por las estructuras de poder.
@cm_ramosinares
