Desde las antípodas escribe José Ojeda Bustamante
La elección de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos representa un reto sin precedentes para México en el ámbito de la seguridad, la migración y la economía. En este contexto, México enfrenta no solo una continuación de políticas polémicas, sino una versión intensificada de Trump, quien regresa con menos restricciones y con una agenda que amenaza directamente la estabilidad y soberanía de su principal socio comercial al sur.
Seguridad: Designación de Cárteles como Organizaciones Terroristas
La posible designación de los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, propuesta clave de Trump durante sus arengas discursivas, podría abrir una puerta hacia la intervención directa en territorio mexicano bajo el argumento de combatir el tráfico de drogas.
En términos de relaciones internacionales, esta medida sitúa a México en una posición de subordinación, obligándolo a responder ante una política de seguridad dictada desde Washington. Esta designación pondría a prueba la capacidad del gobierno mexicano para defender su soberanía, mientras lidia con una narrativa que asocia de manera simplista y peligrosa los problemas de seguridad de ambos países.
Se pone así en juego el equilibrio diplomático; ya que implica también que México será observado bajo el prisma de la seguridad nacional estadounidense, con un enfoque que considera al país como un posible "riesgo" en lugar de un socio. Para México, esta situación exige una estrategia en la que el gobierno mexicano pueda negociar con argumentos sólidos y una diplomacia que proteja su autonomía ante una presión tan fuerte.
Migración: Deportaciones Masivas y Cierre Fronterizo
Trump ha construido gran parte de su apoyo popular con un discurso antiinmigrante, que en este mandato promete llevar a la práctica mediante deportaciones masivas y posibles cierres temporales de la frontera. Para México, la ejecución de estas políticas plantea un reto humanitario y económico, ya que el país no solo recibiría a miles de deportados en poco tiempo, sino que también tendría que contener la dislocación social y económica que esto generaría en las comunidades fronterizas.
Muchos migrantes están acelerando sus intentos de cruzar la frontera en previsión de un posible cambio en las políticas migratorias de Estados Unidos. La incertidumbre y el temor de que el acceso a Estados Unidos se vuelva más restrictivo han impulsado a las personas en contexto de movilidad a arriesgarse ahora, antes de un posible endurecimiento de las medidas de control fronterizo.
Y es que en este escenario y de cumplir sus promesas, Trump podría presionar a México para que actúe como una barrera migratoria, convirtiéndose en un “muro humano” que detenga a migrantes en tránsito, bajo la amenaza de sanciones económicas.
Este enfoque transaccional, en el que los migrantes se convierten en fichas de negociación, impone una carga difícil de sobrellevar para México, que podría enfrentar una crisis diplomática y de derechos humanos sin precedentes.
Economía y Comercio: Renegociación del TMEC y Aranceles
En el ámbito económico, Trump ha manifestado su intención de revisar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), el cual ha sido un pilar fundamental en la relación bilateral. Para México, una renegociación podría ser desventajosa, ya que el énfasis de Trump en el proteccionismo y en un enfoque de “América primero” podría llevar a condiciones comerciales menos favorables y a una guerra de aranceles.
Adam Przeworski, prestigioso politólogo sugiere que el electorado estadounidense, movido por una desilusión con las élites políticas, ha encontrado en Trump una figura que promete, aunque solo simbólicamente, una ruptura con el status quo.
Este fenómeno ha facilitado la narrativa populista de Trump, que utiliza el comercio y la migración como herramientas para captar el apoyo popular, incluso cuando estas políticas puedan resultar perjudiciales para la base trabajadora que lo apoya. Para México, una revisión del TMEC implica renegociar en un terreno incierto y bajo una presión constante, lo cual podría poner en riesgo las inversiones y las exportaciones.
Crisis de Representación y Respuesta de México
Coincido con el análisis de Adam Przeworski, cuando subraya una crisis en la democracia estadounidense, donde la insatisfacción con el sistema ha llevado a los votantes a elegir soluciones “mágicas” y figuras populistas como Trump.
Este fenómeno no solo impacta la política interna de Estados Unidos, sino que también sitúa a México en una posición donde debe tratar con un vecino volátil y cuyas decisiones podrían dañar su estabilidad.
La estrategia de México debe ser por lo tanto cuidadosa y firme, evitando caer en la trampa de una confrontación directa, pero asegurando sus intereses con una diplomacia pragmática y flexible.
Claudia Sheinbaum, presidenta de México, ha optado inicialmente por una postura prudente, evitando la confrontación.
Sin embargo, el desafío es evidente: México necesita fortalecer su cohesión institucional y proyectarse como un socio firme y confiable, capaz de defender sus intereses sin ceder ante las presiones de Trump. Esta postura requerirá un esfuerzo diplomático sostenido, así como una capacidad de respuesta rápida y coordinada frente a cualquier acción que amenace la estabilidad económica y la seguridad del país.
Desde las Antípodas, vemos el regreso de “la tormenta política perfecta de Trump” como un desafío significativo para México en temas de seguridad, migración y economía.
Este “Trump 2.0” exige una respuesta estratégica e inteligente, basada en un equilibrio entre firmeza y diplomacia. México, en su papel de vecino y socio, deberá moverse con cautela para evitar una confrontación que pueda traer consecuencias desastrosas para su economía y estabilidad política.
En un contexto donde la democracia y la cooperación internacional son cuestionadas, este es un momento decisivo para México, que deberá consolidarse como un actor fuerte y autónomo en la arena internacional, a la par que evita a toda costa, el caer en la jaula geopolítica que de manera reiterada aspira a imponer el vecino del Norte.
Nunca más, México como el patio trasero del vecino del Norte.
@ojedapepe