Ocho encuestas dan la victoria a Armenta; una a Lalo Rivera y otra, empate técnico

Ocho encuestas dan la victoria a Armenta; una a Lalo Rivera y otra, empate técnico
Gerardo Ruiz
Historias de un joven reportero

Historias de un joven reportero por Gerardo Ruiz  

Una de las principales charlas en esta elección presidencial y de los comicios locales en nueve estados, entre ellos Puebla, que renovarán sus gobiernos locales es el papel de las encuestas y las casas encuestadoras.

Para muchos, entre los que me incluyo, los sondeos que miden las probables votaciones de los candidatos y que hacen posibles proyecciones de los resultados son parte del aparato propagandístico de los equipos de campaña y de las y los abanderados que pelean por la presidencia de la República y por los gobiernos estatales que estarán en disputa el 2 de junio.

Cierto como lo es, los encuestadores en el país –como sucede en todo el mundo– viven una severa crisis de credibilidad y de confiabilidad entre los ciudadanos, quienes, al final de cuentas, son los verdaderos consumidores de estos estudios, que algunos siguen de manera casi religiosa.

Desde las elecciones federales del 2006, pasando por las del 2012 y ni qué decir de las del 2018, las encuestas han fallado de forma recurrente y hasta burda, no solo al proyectar resultados inverosímiles o hasta contrarios a los que terminan sucediendo al final de las jornadas electorales.

El presente proceso electoral no está exento de este problema.

Problema que parece más bien ya una crisis sexenal.

En su participación en el Podcast Incorrecto de la semana, Alejandro Rodríguez, director de la revista Campaigns and Elections, cuyas encuestas son de las más certeras del país, consideró que la metodología de sus colegas a veces puede mayor al proyectar diferencias que en algunas ocasiones resultan superiores o inferiores a los resultados finales, pero lo que no se pueden permitir es un fallo en el ganador.

Esto debería el centro del debate.

En efecto, se puede fallar en los porcentajes, pero jamás en el ganador.

En la actual elección presidencial nadie tiene dudas de que la ganadora será Claudia Sheinbaum al derrotar a Xóchitl Gálvez, sin embargo, la diferencia entre la candidata de Morena y la del PAN deberá ser el tema principal del juicio ciudadano a las encuestas.

Mucho se ha dicho sobre la estrategia orquestada desde Palacio Nacional en complicidad con las principales casas encuestadoras para desalentar la votación en la jornada del próximo 2 de junio con la famosa táctica del “barco ganador”.

Las encuestas afines a la 4T buscan generar la percepción que se haga lo que se haga la elección presidencial está definida desde antes de iniciar y que la diferencia de más de 20 puntos, que algunas firmas le dan a Sheinbaum Pardo, es irreversible, por lo que votar en 18 días resulta ocioso.

Para nadie es un secreto que Morena busca que la participación ciudadana sea baja y que no supere al 65% para evitar sobresaltos y aún soñar con el tan anhelado “Plan C”, de Andrés Manuel López.

Un escenario similar sucede en Puebla, en donde la mayoría de las casas encuestadoras, locales y nacionales, dan como ganador a Alejandro Armenta sobre Eduardo Rivera.

De 10 encuestas comparadas por C&E, ochoproyectan que el abanderado de Morena vencerá al del PAN con diferencias que van desde los 30 puntos y hasta los 6.

Entre ellas se encuentran, RubrumDemotecniaDigital, Facto Media, Mitofsky, Grupo Impacto, ÁlticaCampaigns and Elections e Intolerancia Media Group.

A la fecha, solo una encuestadora, la controversial MassiveCaller, le da la victoria a Eduardo Rivera.

Y México Elige pronostica un empate técnico entre Armenta y Lalo.

Suena trillado, pero es muy cierto: la única encuesta que vale es la del 2 de junio.

Muchos encuestadores despertarán el 3 de junio como un día más.

Otros recurrirán al pretexto de los “indecisos” para justificar sus errores.

Y así el ciclo sin fin iniciará otra vez.

Ni hablar.

Armenta no se raja y acepta segundo debate con Lalo Rivera

Si algo caracteriza a Alejandro Armenta es su actitud “entrona” y su personalidad combativa.

Desde Chiautla de Tapia, Armenta Mier aceptó a debatir otra vez con Eduardo Rivera, quien es el principal promotor de este segundo encuentro, y Fernando Morales.

Con mucho gusto (debatimos). Dile (A Eduardo Rivera) que ponga el día y la hora y que le llevo un ramo de flores, pero que también le diga a Fernando, porque no vaya a querer excluir a Fernando(Morales)”, fue la respuesta que el abanderado de Morena le dio a un reportero quien le preguntó si aceptaría el reto lanzado a través de sus redes sociales por su rival del PAN para verse las caras otra vez tras el encuentro del domingo.

Luego de presenciar el gran debate del fin se semana, en donde hubo buenos golpes, propuestas y se tomó con mucha seriedad, todos los poblanos nos quedamos con ganas de ver un segundo encuentro.

Ahora falta que el IEE se ponga las pilas o que algunas universidad, televisora o cámara empresarial levante la mano para organizar el segundo debate.

¿Quién dice se apunta?

 

Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc