Familia

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Jesús Olmos
Parabólica Familia

Máscaras escribe Jesús Olmos

Comencé a opinar sobre política cuando apenas empezaba los estudios de primaria. No alcanzaba ni los 8 años de edad, y en la sobremesa de la casa de mi abuela materna, escuchaba atento mientras se hablaba de la crisis del 94 y la herencia del fraude del 88.

Me ponía atento con los tíos mientras hablaban de las tarjetas de crédito y de lo que había representado la debacle económica del país y como alguno de ellos había sido consumido por las deudas y los golpes de los intereses.

En esa casa también se hablaba de música y de cine, las charlas eran larguísimas y todos aportaban desde su trinchera, hasta un niño pequeño nacido en el sexenio de Miguel de la Madrid.

Comencé a escribir textos en mis libretas desde que entré a la secundaria, tenía muchas inquietudes sobre el mundo y sobre todo, por la forma en la que lo organizaban los adultos.

Desde ese momento me gustaba formar equipos, era fundamental para mí, que cualquier decisión pasara por la aprobación de las mayorías, sin dejar afuera a nadie y sin quitarle voz a ninguno.

Ahí también hice mis pininos en la radio. Tomé la batuta de un pequeño grupo de compañeros para contar, mediante una grabación en un casete, la historia de los héroes de la Revolución Mexicana. Hacíamos efectos especiales con hojas de papel, con golpes en sillas y puertas, simulamos disparos con cacerolas y comidas en restaurantes con el sonido de utensilios de la cocina.

Para la prepa tenía muy claras mis aptitudes, la idea era hacerme una vida trabajando en un lugar donde poder, al mismo tiempo, escribir todo el tiempo y dejar huella en los demás.

Abogacía, psicología, pedagogía y comunicación, fueron las carreras que me recomendó un examen vocacional, pero el tiempo se ocupó solito de ponerme en mi lugar.
Probé primero como abogado y la realidad me dio un golpe en la cara. Para mí el sistema no funcionaba, los montones de archivos en una oficina olvidada no iban conmigo. Probé la libertad y luego en un torbellino de momentos empecé comunicación.

Un periódico escolar me dio la oportunidad de hacer reseñas de cine. Mi primer texto fue sobre el “Joker” un villano del cine que con su locura habría cobrado la vida del actor Heath Ledger, lo que de forma “poética” fue para mí la primera muerte que tomaba un personaje de los cómics en la vida real.

Afortunadamente, no pasé mucho tiempo sin que me dieran un empleo en mi carrera. Primero asistí radio, luego en TV, me daban la oportunidad de escribir textos que firmaban otros y algunas notas mías a veces salían al aire. Hice un reportaje sobre la convivencia familiar en día de muertos que emocionó a muchos y luego mediante el texto descubrí mi gran pasión.

Por azares del destino llegué a Puebla y me encontré con Fernando Maldonado quien de ser mi jefe, empecé a llamarle amigo y con el paso del tiempo nos hicimos familia.

También encontré a Miguel Caballero, Carlos Miguel Ramos, Horacio Macip, Diana Morales, Dulce Torres, Josel Moctezuma, Álvaro Ramírez y otros tantos que han ido y venido, a quienes solo puedo agradecer que me den la oportunidad de colaborar a diario y tener su amistad.

Ahora que vivo días importantes, veo la necesidad de agradecer por tener a este equipo a un lado y el respaldo que me dan.
Mi padre me enseñó a trabajar duro, mi madre a explotar mi talento y mi hermano mayor a ser disciplinado, ante todo, esos valores son los que aporto a la familia Parabólica para la que no tengo más que admiración, respeto y gratitud.

Pasan Gobiernos, pasan políticos y partidos, ocurre lo inesperado o se desata la naturaleza, pero nosotros seguimos y seguiremos.

@Olmosarcos_