Las garras de un régimen

Las garras de un régimen
Jesús Olmos
Máscaras Donald Trump

Máscaras escribe Jesús Olmos

Una muy pequeña facción de la derecha mexicana celebra el triunfo de Donald Trump como si fuera uno propio, bajo el argumento de que “podrá ponerle un alto a la destrucción que han generado las garras del régimen” aludiendo a la llamada “Cuarta Transformación”.

Estos hijos de una patria tan noble, que les permite hasta incitar llamados a una intervención extranjera, por las diferencias ideológicas con el partido en el poder, parecen no haber podido leer las grandes consecuencias que tendrá para el país la segunda presidencia del representante del partido republicano, de quien se dice que fue electo por los buenos resultados económicos ofrecidos en su primera gestión.

Si los mensajes en los que ha amenazado con cerrar las fronteras, levantar un gigantesco muro, imponer aranceles, enviar tropas a México y un montón de disparates más, no son suficientes, hay que leer textualmente las referencias expuestas en el discurso de la victoria.

“Vamos a sellar nuestras fronteras y vamos a tener que dejar a la gente que entre en el país. Queremos que la gente regrese. Tenemos que dejarlos regresar, pero lo van a tener que hacer de manera legal. Tienen que venir, pero de manera legal. Tenemos que ayudar a que nuestro país cicatrice. Tenemos un país que necesita ayuda, y la necesita urgentemente. Vamos a arreglar nuestra fronteras”.

Y digamos, que estas son las consecuencias tangibles de este segundo triunfo del magnate en las últimas tres elecciones presidenciales de la Unión Americana, pero hay mucho más allá que los odiadores del partido que obtuvo mayorías el pasado 2 de unió en México, ni siquiera han alcanzado a divisar o que simplemente, también podrían considerar benéficas.

En principio, está el hecho de que Donald Trump ha derrotado a dos mujeres, en primer lugar contra Hillary Clinton con quien compitió en 2016 y en segundo contra Kamala Harris a quien derrotó en 2024.

Y no es simplemente por el hecho de haber derrotado a dos mujeres, porque las victorias se dieron dentro de las reglas del juego electoral, sino el mensaje de que un abusador, un bully y un hombre indiciado por crímenes relacionados con su poder sobre féminas vaya a gobernar al llamado “país más poderoso del mundo”, y todo lo que implica para los históricos logros en materia de derechos para las minoría históricamente discriminadas en el vecino país del norte.

La otra grave consecuencia, es el triunfo de esa posverdad, un arma trompista tan afilada que ha conseguido infectarlo todo, a tal grado que la gente, que a conseguido por minar la delicada confianza de la ciudadanía general que obtenía información certera en medios de comunicación confiables.

Así que, las garras del régimen, para todos aquellos opositores de la presidenta Claudia Sheinbaum y su antecesor Andrés Manuel López Obrador, no son más que un juego de niños cuando vemos que el nuevo triunfo de Donald Trump es capaz de infectarlo todo con un virus del que aún no alcanzamos a medir sus alcances, consecuencias y las secuelas de tal zarpazo.

@Olmosarcos_