La editorial escribe Jesús Olmos
Todas las sucursales del Banco del Bienestar se han visto abarrotadas los últimos días.
Si cualquiera recorre alguna de las ciudades del país, es de lo más común ver que hay largas filas de personas de la tercera edad, personas con discapacidad o madres con sus hijos formados para esperar su dinero.
También debería de cuestionarse cuando el estado tiene incaacidad para otorgar los servicios, por muy loables que sean.
Tener a miles de sexagenarios en las calles o teniendo que trasladarse grandes distancias por su dinero es otro más de los pecados de la 4T.
@Olmosarcos_
Jesús Olmos