Máscaras escribe Jesús Olmos
De los submarinos rusos cargados de oro llegando por las costas de Veracruz, a las supuestas operaciones cibernéticas de infiltración de Moscú en la elección presidencial de 2018, pasamos a los agentes de la KGB disfrazados de reporteros de Russia Today que buscan influir en las elecciones mexicanas que se desarrollarán en junio de este año.
Esos son los nuevos argumentos que los ideólogos de la derecha quieren vender de cara al proceso electoral 2024, en una trama que los mexicanos ya conocemos, que nos han tratado de vender desde los años 60, donde hay muertos y desaparecidos que no pudieron contar las grandes mentiras del régimen hegemónico que hoy palidece.
Justo en uno de esos momentos en los que todo parece ir cuesta arriba para los opositores a la llamada Cuarta Transformación, surgen estas vaciladas sacadas como de las películas setenteras y ochenteras de Silvester Stallone.
Ya una vez, el entonces candidato a presidente Andrés Manuel López Obrador se burló de estas teorías conspirnoicas y los dejó en ridículo.
Fue el vocero efímero de la Coparmex, Javier Lozano Alarcón, quien en 2018 apuntaba -con solo un par de textos de unas columnas periodísticas como prueba-, que el Kremlin quería influir en las elecciones colándose al poder a través de Morena y sus aliados.
Lozano, investido en aquel entonces de priista tras dejar al PAN de Ricardo Anaya para volver actualmente a las filas blanquiazules, afirmaba que Rusia buscaba entrar por la puerta de atrás al país con ataques cibernéticos masivos.
No tardaron estos maestros de las teorías de conspiración en volver a darle la vuelta a estos argumentos, falaces y hasta xenófobos.
“Putin, con todo en las elecciones de México”, se lee en una columna publicada este miércoles 11 de enero en las planas de El Financiero.
Su prueba son algunos anuncios publicitarios que dicen “Las noticias no tienen fronteras”, y van acompañadas con un logo con las letras RT sobre un fondo verde.
El autor enumera una serie de declaraciones de hecho internacionales, por los que concluye que la agencia Russia Today es un virus que infecta las conciencias de sus lectores, le arrebata cualquier posibilidad de ser un medio objetivo y lo considera el inicio de una influencia rusa exponenciada por la posibilidad de triunfo de la aspirante presidencial emanada de la izquierda.
Y tampoco es que el autor, con todo y sus exageraciones, conclusiones apresuradas y sin pruebas, incurra en una total falta a la verdad, pero ¿por qué él y otros columnistas nacionales e internacionales que fustigan todo lo ruso no dicen nada de la influencia que los medios corporativos estadunidenses han tratado de implantar en el país y el mundo por décadas? Esa es solo una de las miles de preguntas que saltan a la vista de la urticaria que Rusia le genera a quienes definitivamente están coaptados por los medios convencionales y globalizados, que dicho sea de paso tampoco son unas blancas palomas ni mucho menos hermanos de la caridad.
Es obvio que Rusia debe tener intereses en la elección presidencial mexicana, como los debe tener Estados Unidos, China, la Unión Europea, Medio Oriente y países sudamericanos, pero caer en el anticlimático sesgo de que todo lo ruso es malo, es como volver a la guerra fría y de eso ya han pasado décadas, dolor, sangre y muerte. Ojalá que aprendan de los horrores de la historia.
Jesús Olmos
@Olmosarcos_
